A todo terreno

El conocido periodista Carlos "Pocho" Torres fue testigo de operaciones históricas realizadas en Arequipa como la separación de los bebés siameses

Accidentes como la caída del avión Faucett, enfrentamientos entre pobladores y policías, ataques terroristas, hasta intervenciones quirúrgicas, son solo algunos de los acontecimientos de los que fue testigo Carlos Torres, periodista que hace poco tuvo la oportunidad de ser testigo de un hecho histórico en el sector salud de Arequipa: la separación de los bebés siameses Dylan y Neythan.

¿Qué sensaciones al filmar parte de la historia médica? No solo fue noticia nacional, sino mundial, tengo conocimiento que en el mundo, por cada 1 millón de recién nacidos se presenta este tipo de problemas. Además, esta operación me hace recordar a lo que filmé hace 30 años, porque fui testigo a través de mi cámara de un hecho similar, el primer trasplante renal en Essalud de Arequipa. Recuerdo que llegaron médicos famosos del Rebagliati, de Lima, hicieron la operación por primera vez y tuve la oportunidad de grabarlo. 

En su labor periodística, ¿qué hechos le marcaron su carrera? A lo largo del ejercicio periodístico fui testigo de varias intervenciones quirúrgicas, de labios leporinos, de la especialidad de traumatología (rodillas, huesos). Esta vez no puedo publicar el video, pero aquel de trasplante renal sí lo hice. Pero, con la intervención de los bebés siameses  es una experiencia que me hace sentir orgulloso y más realizado después de años.

¿Cuéntenos de su experiencia periodística? Son 34 o 35 años que ejerzo la profesión de manera ‘oficial’, trabajando en medios de comunicación, es que antes hacía videos, incluso cine, luego mi padre me compró una cámara en 1982. Mi trabajo inició en canal 8, donde recuerdo haber ido a cubrir el desborde del río Chili y la inundación de la avenida La Marina. También, en esos años tuve mi primer problema periodístico porque en una filmación donde puse en peligro mi vida y de mis compañeros, logramos que el video se difunda en Estados Unidos, estábamos felices y orgullosos hasta que supimos que el video se vendió y no nos tocó ni un sol.

¿Su experiencia permitió que trabaje para Lima? Sí, trabajé en Global Televisión, era corresponsal de Lima y trabajaba para el noticiero regional de Arequipa junto a Doris Cornejo, quien era mi jefa en ese entonces; y posteriormente me contrató como freelance, Horacio Paredes quien era el gran productor nacional y descubridor de Gisela Valcárcel quien vino a Arequipa a hacer un programa Mirando al Sur. Luego trabajé con Alberto Beingolea, en Goles en acción, y paralelamente con Doris Cornejo que trabajaba para Hildebrant. Mi trabajo era básicamente para Lima, en mis inicios de periodismo siempre buscamos la capital, porque hay mayor desarrollo profesional y mejores pagos y tecnología. 

¿Qué anécdotas le dejó el periodismo? Una ocurrió al cubrir el accidente del avión Faucett en Arequipa cuando trabajaba para Global Lima, tenía una cámara pequeña  con la que entrevisté a un ministro hasta que se acercaron Gilberto Hume –fundador de Canal N- y su camarógrafo, quien me arrinconó para que Hume empiece a entrevistar a la autoridad. Por esa actitud, contra mí, casi llegamos a los golpes, pero Gilberto, quien estaba en Telemundo, nos separó. Ese mismo día en la tarde cuando todos debían mandar el material a Lima y Estados Unidos, recuerdo había un lugar en calle Álvarez Thomas para ese envío, de donde se transmitía vía microonda y para ello todos tenían un turno.

Ese día le cedí unos minutos a Hume para culminar su envío y con su camarógrafo se limaron asperezas y nos hicimos amigos. Además, siempre en mis recuerdos está la autonomía y línea editorial de Canal N, era fenomenal, muy buena. 

¿Cuéntenos cómo Fujimori quedó al descubierto con un video suyo en Puno? Durante el gobierno fujimorista, acudí a filmar una fiesta de la Candelaria, de donde salí inmediatamente porque trascendió que había un motín de terroristas en el penal de Yanamayo (Puno). Para eso crucé un cerro para llegar y logré acercarme unos 50 metros del penal, justo cuando llegó la Dinoes. Ello generó que los efectivos no me dejaran en paz hasta que les entregara la cinta, pero ya lo tenía todo registrado y cuando regresé a mi móvil a 500 metros del establecimiento penitenciario, lanzo el material y  fue un gol en Lima porque en ese momento Fujimori decía en conferencia de prensa que todo estaba controlado, cuando la realidad era otra, en ese momento la Dinoes recién había llegado, los terroristas todavía tenían el control. Por ese video que grabé, Fujimori se fue de esa conferencia. 


Durante su labor periodística, ¿cuántas veces sintió que estuvo en peligro su vida? Viví varios acontecimientos en los que estuvo en riesgo mi vida, una de ellos fue durante un enfrentamiento en Yauri, Espinar (Cusco), donde hubo balacera e incluso fui encañonado. Prácticamente debía pedir perdón, es que no eran perdigones sino balas. También, recuerdo que me instalé en la carretera de Tintaya y Juan Pablo Aguilar (compañero) se dirigió a otro sector porque había rumores que iban a dinamitar la motobomba de la mina,  estaban medios como América, Panamericana que iban hacia el lugar y no podían dejar pasar nada.

Mi olfato periodístico me dijo que me quede en la carretera porque miré por los cerros había una gran cantidad de gente, que empezaban a incendiar -en esa época estaba el coronel Gastón Rodríguez, el exministro del Interior que es investigado por la muerte  de dos jóvenes-, entonces empieza el enfrentamiento donde yo estaba. La población se fue a lado de la prensa, pero la Policía no creía en nada, dice, metía fusil a diestra y siniestra y la gente seguía corriendo.

¿Qué hizo en esos momentos? Seguí con mi cámara y micro trasmitiendo en vivo, pero tenía miedo que una bala perdida me alcance. Después logro esconderme, pero la Policía me encontró y me encañoraron. Al terminar el enlace, llamé a Juan Pablo y le dije que se quede donde estaba y que no se ponga a lado de la población porque los policías disparaban. Hasta que escuché un grito porque al lado de Juan Pablo a un hombre le cayó una bala en la cabeza. Murieron varias personas.

Carlos Torres también tuvo anécdotas con sus propios colegas, en una ocasión se quedaron al costado de su móvil para ver a donde se iría, o como cuando le hicieron seguimiento para saber cómo enviaba su material más rápido que sus colegas.