Sooby él emblemático perro de Arequipa

Las cenizas de Scooby fueron colocadas en una urna junto con una placa recordatoria y un pequeño monumento en forma de hueso, frente a la biblioteca central del Área de Ingenierías







Scooby, Scuby o Marrón, era un perrito de la calle, que tenía 14 años y  estaba a  puertas de cumplir 15 el 20 de mayo, lamentablemente falleció en Enero de este año. Él es el can emblemático de Arequipa, cual mismo jovencito, tenía que estar todos los fines de semana en la plaza San Francisco para disfrutar del ambiente. Le encantaba mucho estar en los partidos de Melgar y también esperaba en la puerta del centro comercial Independencia para unirse a cuánta marcha se iniciaba allí. Era una de  las mascotas de la Universidad Nacional de San Agustín.

Sonia Choque Martínez es la dama detrás de Scooby, el perro más famoso de nuestra ciudad. Su historia representa el amor desmedido y el respeto hacia las mascotas. La señora Sonia labora hace 27 años en la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa), ella junto con algunos colegas formaron  en el 2015 la  Asociación Amigos de los Animales de la Unsa, integrada por:  Erika Guerra Santander, Luz Castillo Acobo, Irene Zea Apaza, colaboradores, Lucía Cornejo, Eduardo Allasi, Óscar Navarro y Delma Rivera. El fin de fundar esta asociación se debió a que en el 2015 se realizó Perumin en la Unsa, corrió el rumor de las intenciones de querer sacrificar a todos los canes. Sonia y otros trabajadores se opusieron y así crearon la asociación, con quienes decidieron trasladar a todos los animales a un albergue mientras dure el evento. La oposición permitió potenciar el respeto hacia estas mascotas y su correcto cuidado.

Doña Sonia, no es madre, pero bien podría serlo. Sonia Choque, lo cuidó como suyo, aunque él fue un perro callejero, que tenía el cariño de toda una población.

Fue en el 2009 cuando, por primera vez, Sonia escuchó hablar de Scooby. A la trabajadora administrativa de la Unsa, le comentaron que había un perro grande, de aspecto agresivo, que solía acudir a la universidad en busca de comida y que había sido atacado. Scooby, se divertía correteando a los que vendían droga en las avenidas colindantes. Uno de estos sujetos le cortó la oreja izquierda en represalia.

Sonia conoció a Scooby después. Ella salía del supermercado siendo perseguida por el can hasta su vivienda de la calle Melgar. Desde entonces Scooby regresaría a su residencia en varias ocasiones para pedir comida, mientras su fama crecía con los días, entre los pasillos universitarios, entre los dueños de los negocios y peatones de la calle que se le acercaban a acariciarle el lomo, darle diversas comidas y tomarle fotografías. Inclusive se abrió una cuenta en Facebook (Scooby: no pedí ser callejero).

LA FAMILIA

El perro emblemático de Arequipa, tuvo dos parejas: Gordita y Marujita y un amigo: Negro. De su primer compromiso sus hijos fueron dados en adopción y de la segunda tuvo su pequeño Rex, que es su vivo retrato físicamente, se encuentra en la Unsa, más bien él no heredó el gusto por las marchas y partidos. Actualmente, Maruja duerme en el negocio de Giovana Suri en la plaza 15 de Agosto. 

 ADIÓS A SCOBBY

Desde junio del 2020, empezó el suplicio de Scooby. Una semana antes del Día del Padre, le dio tos y le dijeron que era algo simple. En esos días Sonia lo tuvo encerrado, para no estar preocupada ya que dormía en la plaza 15 de Agosto. Posteriormente en setiembre estuvo mal en la veterinaria Mundo. Tenía  gastritis, lo llevó a otra veterinaria, en octubre, ya para el aniversario de la Unsa, él estaba mal, el doctor Alex Uretra, ordenó una tomografía al estómago, tenía  megacolon y bajó 10 kilos de peso. Durante dos semanas antes de morir bajó más de peso y es así que el gran Scooby dejó de existir el 30 de enero del 2021.

CARTA DE DESPEDIDA DEL PAPÁ HUMANO DE SCOOBY

Isidro Sosa Flores es el esposo de la señora Sonia Choque Martínez, quien  también cuidó a Marrón.

“Te conocí en el año 2009, en la cancha de Mecánica de la Unsa, en el campeonato Interescuelas, ya tendrías 3 o 4 años, supongo que llegaste siguiendo a un grupo de alumnos que llevaban un bombo (te gustaba el sonido o los aplausos y arengas de ellos), seguías a los que aplaudían (pocos sabían eso), las graderías estaban llenas, no recuerdo qué equipos disputaban las finales, pero vi asombrado que te abalanzaste sobre un paquete de cuetecillos que la hinchada de uno de los equipos lanzó a la cancha, y los sacudiste entre tus dientes, y te aunabas con tus ladridos a los gritos de las barras, así ingresaste a la Universidad “Deportista Destacado”.

En adelante llegabas cuando intuías que había partidos, por los sonidos del bombo y los griteríos de las barras, y luego empezaste a seguir a las manifestaciones en donde había bombos y gritos de los seguidores, así como a las barras de los hinchas del Melgar, así conociste el estadio de la Unsa, donde tenías pase libre permanente, te hicieron una camiseta del Melgar con la 11.

Recibiste cariño y afecto de los arequipeños, y también las agresiones de algunos desadaptados que te pintaron y te hicieron algunos cortes, el de más gravedad cuando Melgar jugó con un equipo colombiano por la Copa Libertadores, donde recibiste un corte de 10 cm de largo por 4 cm de profundidad en el cogote, estuviste en la mesa de operaciones y encerrado hasta tu rehabilitación total.

Ya con el tiempo la buena vida y la poca vergüenza hizo que engordaras y te quedaras dormido en las calles a veces con la lengua afuera, la gente se preocupaba y decían que estabas enfermo o hasta muerto, pero llegábamos los que te conocíamos, y con aplausos y gritos coreando tu nombre hacían que te despertaras abruptamente, para asombro de los transeúntes.

Tu vida marcó historia en muchos, te entrevistaron en televisión, radio, hicieron videos, eras famoso por ser amistoso,te gustaba ser libre y unos no entendían eso, te deprimías si estabas encerrado, no naciste para estar entre paredes, querías estar cerca a la multitud, pero ellos qué van a saber de libertad.