Difusores de la literatura participan en la Feria del Libro en la plaza España

Oportunidad para adquirir textos en Feria del Libro que se realiza en la plaza España

Cercado. Siempre le gustó leer y con el tiempo se volvió un coleccionista de libros, Fredy Choque recuerda que hace décadas habían buenos libros y baratos, en calles como Flora Tristán o Álvarez Thomas podía encontrar textos de 3 soles, que ahora ya no hay. El empezó a vender libros hace unos 10 años cuando empezaba a difundirse la venta electrónica y ahora es uno de los más de 20 emprendedores que participa en la Feria del Libro que se realiza en  la plaza España.

Recuerda también que había bastantes vendedores de libros que fueron desapareciendo.

Durante los meses de cuarentena total –dice- las ventas aumentaron un poco, pero cuando inició la reactivación económica el negocio disminuyó un poco, la crisis hizo que los ciudadanos prioricen sus gastos, incluso en la feria anterior hubo más movimiento que ahora.

LIBRO ABIERTO. Otro difusor de la cultura y la literatura es José Chite, desde hace 30 años se dedica a la venta de libros y revistas, lo que le permitió conocer no solo a diferentes personajes –desde personas alcohólicas hasta altos funcionarios y autoridades-, sino aprender de ellos y compartir conocimiento.

Tiene tanta información, experiencias en la mente que es probable que en unos años nos presente un libro autobiográfico que aún no se anima escribir, pero espera hacerlo pronto.

José trabajó desde los 11 años, en diferentes rubros, como carpintería, mecánica, como pintor, canillita hasta construcción, pero cuando conoció –en Lima, después de salir del cuartel- a un vendedor de libros y empezó ayudarlo, se sintió atraído por los textos que pensó que había nacido para ellos.

Es algo maravilloso –señala- cuando uno lee se imagina todo y sabe que no necesita viajar para conocer algo o alguien. “En todos los libros que leas siempre encontrará algo bonito, algo hermoso”, cuenta.

Durante la pandemia soportó dos meses en casa, después salío a las  calles a vender, la feria fue un gran apoyo, porque ahora ya no tiene la librería que solía administrar.

EDUCADORA. Desde hace 9 años, Claudia Mendoza también se convirtió en impulsora de educación, pero la crisis sanitaria la obligó a cerrar su librería, donde uno podía encontrar todo tipo de libros para los pequeños de la casa.

Critica que el Gobierno no haya priorizado el sector durante la cuarentena como sí lo hizo con los mercados, para asegurar o al menos paliar la brecha educativa que se generó desde el 2020.

Los libros debían reforzar la educación de los estudiantes –sostiene- el sistema a distancia no permitía que los escolares aprendan de la misma manera que con las clases virtuales.

Al igual que los demás, a través de las ferias no solo la ayuda económicamente, sino también ayudar a que los menores tengan acceso a los textos educativos, entre ellos los formadores de palabra que ayudarán a los pequeños aprender a leer o escribir.

Estos los encuentra desde 12 soles, también ofrece cuentos que incluyen comprensión lectora. “ hay que alimentar su formación para volver a la educación de antes”, acotó.