Vacunas de esperanza
Hace 225 años el médico inglés Edward Jenner desarrolló la primera vacuna humana de la historia, que tras una aplicación global y uniforme logró erradicar la temible enfermedad de la viruela en 1980, 184 años después.
Sin Jenner, pero con un virus tan letal como la viruela y con mayor dificultad en su control y contención por los portadores asintomáticos, por fin empezó la vacunación en nuestras regiones el pasado 23 de abril. Hasta el momento, se han colocado más de 1 millón 600 mil dosis de vacunas en todo el país, una cifra pequeña pero que representa gran esperanza para todos los beneficiados (personal de salud, policías, bomberos y ahora mayores de 80 años).
“Mashico” le dicen a don Marcelino Abad, quien vive en Huánuco y a sus 121 años recibió su vacuna después que el personal que lo inmunizó caminara durante tres horas. Cada región tiene su personaje y su celebración a pesar que hasta ahora sea en soledad, con mascarilla y protector facial.
El gobierno entregó más de 315 mil dosis de Astrazeneca y Pfizer en las 23 regiones del país, con las que se inmuniza a los adultos mayores de 80 años, en la primera etapa y a los de 70 años a más enseguida.
Arequipa provincia, inició su proceso la semana pasada evidenciando falta de planificación y organización de los gobiernos locales que junto al gobierno regional debe asegurar los recursos humanos y aspectos logísticos, sobre todo la cadena de frío de -70°C, que garantice la refrigeración de la vacuna Pfizer.
Esperamos que para la aplicación de la segunda dosis, así como para la inmunización en las provincias y zonas rurales nuestro gobernador esté mejor preparado y brinde las condiciones y suficiente personal para que el proceso de vacunación sea exitoso.
La escasa disponibilidad de vacunas y su demora en la distribución a regiones, es una oportunidad más para que nuestras autoridades coordinen y las gestionen eficientemente. Urge mejorar los sistemas de refrigeración y almacenamiento, incrementar el número de brigadas de vacunación. En el área rural o zonas alejadas puede recuperarse la labor de los promotores de salud para que brinden información y prepare a la población. Entre tanto, mascarillas, distanciamiento social, protector facial y lavado de manos mientras nos toca el turno de la vacuna.