La desparasitación interna y externa de nuestros perros y gatos es esencial, sobre todo cuando tienen acceso al exterior.
Muchas veces nos centramos en protegerlos frente a pulgas, garrapatas o mosquitos porque son los que vemos a simple vista, pero no debemos olvidarnos de los parásitos internos que pueden afectar gravemente su salud y también la nuestra.
Parásitos internos. Nuestros peludos pueden contagiarse con parásitos internos de diferentes formas como el lamido o ingestión de heces portadoras de huevos. Esto puede ocurrir en la calle, pero también en casa si los llevamos en los zapatos o a través de uno de nuestros animales. También están expuestos si cazan algún animal, como ratones o pájaros, si se alimentan de alimentos crudos o mediante la picadura de algún insecto.
Algunos de estos parásitos pueden pasar de nuestros peludos a nosotros, lo que se denomina zoonosis, por lo que la prevención es básica tanto para cuidar su salud como la nuestra.
¿Cómo evitar los parásitos internos? La rutina de prevención habitual es la desparasitación interna trimestral a manos de nuestro veterinario mediante una pastilla. Cada vez hay más veterinarios que realizan un análisis coprológico antes de realizar la desparasitación y ante los resultados obtenidos, si no se observan parásitos, tenemos dos opciones:
-Dar la pastilla de todas formas, por si algún huevo ha podido pasar desapercibido.
-Esperar otros tres meses y repetir el coprológico.
La elección entre ambas debemos tomarla con nuestro veterinario dependiendo del tipo de vida que lleve nuestro perro y de nuestra situación familiar.
Desparasitación natural. Además de las pastillas químicas que utilizan habitualmente los veterinarios, hay numerosos antiparasitarios naturales que podemos dar a nuestro perro y gato para complementarlas o sustituirlas.