Urgencia Perú

Urgencia Perú

Oscar Ordoñez Salazar
oordoñez1@hotmail.com

Más del 70% de peruanos no quisieron que esto pase. Con sus votos no pusieron a Castillo y Fujimori en segunda vuelta. Sin embargo, la dispersión y la regulación electoral han hecho posible este escenario. Esta no es una opinión, es una constatación.

Este resultado inesperado e indeseado para la mayoría de peruanos no es producto de la polarización ideológica, pero ha resultado ser un detonante de polarización discursiva. Hemos comenzado a etiquetar, agredir, discriminar, odiar y pelear… sobre todo en las redes sociales, justo allí, en este medio digital donde cualquier argumento de sensatez es casi imposible de viralizar. Es mejor satanizar al otro, rinde más, produce más “likes” y genera más comentarios. Los interlocutores no quieren llegar a zonas comunes, no quieren descubrir lo que puede salvarse, lo que no debe perderse, lo que tenemos que fortalecer para gestionar el riesgo, los márgenes que debemos respetar para no destrozar el tejido social y la convivencia digital.  

Los textos de las redes están siendo escritos por la desesperación, la incertidumbre, el hartazgo y el miedo. Es comprensible pero no se justifica. En nombre de la libertad de expresión y la democracia se toman licencia para sentenciar, descalificar, destruir y desaparecer al otro. No se comprende que la existencia del “otro” es la condición básica de la democracia, y es la esencia de una sociedad o una comunidad humana. 

Están hablando los intereses más que las ideas. Los que tienen capital grande o pequeño (propiedades, trabajo formal, estatus o poder) están tratando de no poner en riesgo su patrimonio. Los que no tienen capital están tratando de buscar justicia y algo que los reivindique. 

Sería bueno tener en esta segunda vuelta a dos candidatos que le pongan ideas de país a estos intereses… pero tenemos a dos candidatos implicados en corrupción y en extremismo ideológico con insuficientes credenciales para liderar el Perú.

En un esfuerzo político, Castillo y Fujimori, deben concordar una zona común de emergencia, un mínimo común divisor, un banco elemental de todas las sangres  que nos den viabilidad como país y “oxígeno para salir de UCI”.  Plantear ahora mismo que, gane quien gane, eso se respeta. Luego, el ineludible compromiso del bicentenario debe ser la construcción de una sociedad más equitativa y con más oportunidades para los que menos tienen.