Las familias, en especial los jóvenes, realizaban el recorrido de las catorce estaciones que conmemoran los momentos más recordados del Vía Crucis de Jesucristo.
El investigador Dante Zegarra López comenta que la devoción era socorrida por los jóvenes y varias familias, consistía en visitar entre siete o 14 monumentos religiosos para orar al pie de los altares especialmente confeccionados.
“Inicialmente los altares mostraban los catorce momentos de la Pasión de Jesús, pero en los últimos años los altares estaban destinados a exaltar la instauración de la Eucaristía”, indicó.
También, durante este día la liturgia de la Iglesia, evoca la última cena del Señor Jesús con sus doce apóstoles, la oración en el Huerto de Getsemaní y la captura a manos de los judíos. Por ello, es que se recorren las iglesias, en recuerdo de los distintos lugares a donde llevaron arrestado a Cristo, horas previas a su muerte, puntualiza el mayordomo de la Hermandad del Santo Sepulcro, Roberto Lazo Zapata.
MISA. La liturgia que conmemora el Jueves Santo (1 de abril), se celebrará a través de la página de Facebook de la Arquidiócesis a las 19 horas, pero este año no se hará el lavatorio de pies ni la procesión y reserva del Santísimo Sacramento en el monumento que se suele preparar en cada templo y que los fieles visitan en el tradicional recorrido por las conocidas estaciones.
La costumbre regular en la homilía, conmemorando la última cena, era el tradicional “lavado de pies”, efectuado por el arzobispo de Arequipa, Javier del Río Alba, como símbolo de humildad y de amor fraterno ante 12 adultos mayores que representaban a los apóstoles de Jesús.
De otro lado, Nuestra Señora del Amparo del templo y convento San Francisco era expuesta para su respectivo besamanos.
En el templo Santa Marta, el Cristo de la Caridad recibía la visita de los fieles.
También, en el templo y convento “Santo Domingo” estaban cubiertas las imágenes religiosas con telas moradas en señal de luto.
TRADICIÓN POPULAR. El Jueves Santo es costumbre para las familias acompañar el almuerzo con los tradicionales postres de Semana Santa: arroz con leche, mazamorras morada, de chancaca, lacayote, entre otros. Mientras que los platos principales son hechos a base de pescado, tales como los chupes y entradas típicas de la culinaria arequipeña.
Por la tarde y noche, mientras las familias recorrían las 14 estaciones, la Plaza de Armas y sus calles aledañas lucían abarrotadas de comerciantes vendiendo postres típicos o algunos platillos especiales o el ponche llamado Diana. Toda una tradición.