Covid-19 en la India

Covid-19 en la India

Ana Guillén Pérez
anitadearequipa@gmail.com

Aterradora es la situación que vive la India, una mortal oleada de COVID-19 ha obligado a las autoridades de ese país ordenar que los cadáveres de fallecidos por coronavirus sean quemados en un estacionamiento porque los crematorios se desbordan en Nueva Delhi. Los despachos internacionales dan cuenta que el personal sanitario y los familiares de enfermos buscan desesperadamente oxígeno, ventiladores, camas, camillas. Muchos infectados mueren en las puertas de los centros de salud, en las calles o en sus hogares.

A inicios  del 2021 los expertos pensaron que la India superaba la enfermedad, los estudios serológicos sugirieron que una fuerte proporción de la población presentaba anticuerpos y que habían logrado la “inmunidad colectiva”, pensaron que la juventud de la población y la gran exposición a otros agentes patógenos aumentaron su resistencia al virus por lo que bajaron la guardia y empezaron a realizarse  actividades políticas, celebraciones religiosas que congregaron a 25 millones de peregrinos, ahora se dan cuenta que su optimismo fue prematuro.  

La India es considerada potencia farmacéutica porque produce el 20% de los medicamentos genéricos y el 62% de las vacunas del mundo, pero solo ha podido vacunar al 8% de su población contra el coronavirus. Contradictoriamente Nueva Delhi ha donado siete millones de vacunas, más que ningún otro país, y ha exportado millones de vacunas a precios asequibles en el marco de una campaña diplomática, la medida impidió a muchos indios acceder a la vacuna, por eso ahora muestran esas imágenes desgarradoras.

El dolor que vive la India debe hacernos reflexionar, en el Perú también hemos bajado la guardia, la curva de ascenso del coronavirus va cuesta arriba, no hay camas UCI y de hospitalización, las plantas de oxigeno no son suficientes, la campaña de vacunación avanza a paso de tortuga; sin embargo, seguimos haciendo mal las cosas, las fiestas Covid no paran, los candidatos siguen congregando a gran cantidad de gente, la población sigue usando mal las mascarillas, los transportistas solo piensan en llenar sus vehículos al máximo para ganar más dinero…

Nadie controla el aforo en lugares de alta concentración de público, se flexibilizan los controles sanitarios, se apertura más actividades económicas… Pese a que los vuelos del Brasil están prohibidos para evitar la propagación de la cepa de ese país se autorizó la llegada de un equipo de fútbol, si seguimos a este ritmo el COVID ganará la partida.