Madres de familia recuerdan con cariño al difunto alcalde Ángel Benavente, las ayudó en todo momento.
En medio del arenoso y accidentado suelo en Utupara se levantan varias casas de material noble y techos de calamina. La mayoría de casas no tiene la altura regular a las que vemos en gran parte de Arequipa, aquí las personas pueden chocar su cabeza con los bordes de la puerta o incluso con el techo si no son precavidos.
Mirar Utupara es extrañamente hermoso, aquí se aprecia las vacías calles de arena al mediodía, con el insoportable calor que soporta Arequipa.
Aquí también se observa el trabajo y las ganas de emprender, estas virtudes se reflejan en la hermosa vista, un piso calaminado que constituyen los techos de las casas. Quizá el único relieve son los postes de madera que llevan un rústico cableado que brinda energía eléctrica colectiva a los vecinos.
En medio de esta comunidad de casas se encuentra un gran terreno vacío, al parecer aquí se jugaron ‘pichangas’ cuando el gobierno lo permitía. Al costado de este gran campo de arena hay un conjunto de cuartos construidos con bloquetas y en la cima de esta edificación se levanta -muchos metros encima- una bandera de color blanco. En un costado podemos observar un cartel que dice: “Comedor-Olla Común La Unión Ángel Benavente Zona E”.
¿Por qué Ángel Benavente?, preguntamos a las madres de familia que preparan los alimentos en un fogón de la olla común. Casi al unísono varias responden que es en honor al difunto alcalde de Yura, Ángel Benavente.
Resulta que esta olla común no fue renombrada después de la sentida pérdida de don Ángel, cuando el burgomaestre seguía con vida, él promovió muchas ollas comunes en diferentes zonas de Yura, por eso varias organizaciones utizaron su nombre para bautizar sus cocinas solidarias, todo esto mientras la popular autoridad seguía con vida.
“Él era una muy buena persona, verdaderamente era un ángel”, indica una cocinera mientras echa agua en la olla del fogón.
“Él nos traía verduras, papas y varios productos, él sacó productos de su chacra para ayudarnos durante la pandemia”, sostiene otra madre de familia.
La olla común consta de dos cuartos, uno es la construcción original del local social y la segunda es la ampliación que hicieron. Aquí pueden preparar los alimentos sin temor a que una eventual ventisca de arena arruine los alimentos.
A diario son cerca de 200 personas las que vienen a recoger sus alimentos, la mayoría de ellos son niños, ellos son los principales, beneficiados de las ollas comunes, por esta razón los padres hicieron el esfuerzo para comprar un tanque de agua, aquí almacenan el líquido elemento tan escaso en esta zona.
Aquí la ración de almuerzo vale 1 sol, pero no todos están obligados a pagar, existen 10 adultos mayores en la asocación, ellos y las personas de bajos recursos económicos están exonerados de cualquier cuota.
De esta forma, las madres de familia de Utupara - zona E se unen bajo el insoportable calor del medio día, aquí junto al fogón de la cocina que eleva aún más la temperatura, siguen preparando el menú pensando siempre en sus hijos y familiares que tanto necesitan un plato de comida en estos tiempos que un virus movió la vida de todo el mundo.
