Diseño, creatividad y metal

Atiborrado de prendas negras, Teysson muestra su espacio creativo donde fluye su imaginación cada vez que llega un exigente cliente.


Jonathan Bárcena C.
redaccion@diario-viral.com

EL playlist está listo, Testament y Overkill sonarán en los parlantes de la computadora y la creatividad se abrirá paso en medio de las canciones de metal que Teysson Oré Supo suele escuchar para inspirarse en su trabajo de publicidad.  

¿Cómo empezó la empresa? La empresa se llama Ángulo Publicidad y empezó hace unos seis años en Lima. Fue mi hermano Malco, quien ya estaba metido en este negocio y gracias a su impulso, fue que yo ingresé a este medio. 

¿Y cómo llega a Arequipa? Pasó el tiempo y decido separarme de mi hermano porque ya tenía en mente dejar Lima, ya había cumplido un ciclo y quería cambiar de aire. Además, Lima está saturada en este tipo de negocios.

¿Por qué Arequipa? Tenía familia, y definitivamente Arequipa tenía y tiene potencial por ser la segunda ciudad más importante. Sabía que aquí iba a haber un buen mercado.

¿Y fue así? Con mi primo empezamos un negocio tanto de publicidad como de temas de tecnología, más que nada en cámaras de seguridad, computadoras, etc. Digamos que nos fue bien, pero otra vez quería tener algo propio.

¿Cómo empiezas con tu negocio? Yo me dediqué más al tema audiovisual, hacía spots para algunas barberías de Umacollo y una que otra veterinaria. Pasado eso me dediqué al community manager, es así que decido abrir una oficina en el centro, porque trabajaba independientemente desde casa.

¿Dónde abriste? Primero nos fuimos a Cerro Colorado y unos cuatro meses antes de que empiece la pandemia del covid-19 empezamos en esta oficina (Calle Nueva 209 - Interior 208) y empecé a incursionar en la serigrafía y tampografía. Ahora, por cómo está la situación, hemos dado un giro al negocio en temas de packing, lo que son cajas, bolsas, etc., porque nos tenemos que acomodar a esta situación.

¿Cómo te afectó la pandemia? Muy fuerte, en realidad, para todos fue muy duro en los primeros meses. Nosotros tuvimos que cerrar el estudio, pero seguíamos pagando una mensualidad, además había que generar para la casa. Entonces, definitivamente fue chocante, se dejaron de lado algunos proyectos y también algunos clientes desaparecieron.

¿Pasaste a cero con tus ingresos? Digamos que se redujo en un 90%. El  estar en casa, sin clientes, me llevó a vivir de los ahorros y eso no te aguanta ni dos meses, más allá de la carga familiar. 

¿Pensaste en cerrar? Sí, lo pensé en los inicios de la pandemia.

¿Qué te llevó a no hacerlo? Es difícil, cuando ya te arraigas a lo que estás haciendo y de alguna manera te acostumbras a esto. Es muy complicado dejarlo ir, tienes siempre ese empuje en el que dices ya llegaste aquí, ya iniciaste algo y no hay que dejarlo morir.

¿Qué significa para ti tu trabajo? A mí me gusta, es parte de mi vida. Me gusta el arte, la música, y por ese lado me llamó la atención en hacer esto.

¿Te inspiras en la música, en el arte? Sí, mucho.

Veo que tienes un polo de un grupo de metal, ¿quizá esa es tu mayor inspiración? Sí, es algo que yo llevo desde chico.

¿Cuándo empiezas a diseñar escuchas metal? Sí (risas).

¿Fluye más tu imaginación? Digamos que sí. Pero, no es tanto el centro. Sin embargo, lo bonito de esto es que te acomodas a la expectativa de los clientes. Tú puedes tener tu mentalidad y gusto, pero acá es más entender al cliente, de pronto hacerle una pequeña entrevista y ver qué es lo que quiere.

¿Qué es lo más difícil de tu carrera? Hacer entender al 100% al cliente porque muchos vienen como gurús y quieren enseñarte. Quizá muchos no entienden que uno estudia esto, justamente para asesorarlos y llegar al punto al que quieran lograr. Es cuestión de ser empáticos, tener demasiada paciencia.

¿Se reinventaron? Hemos agarrado el packing, que no es el potencial, pero es lo que se necesita.