Ollas de la esperanza: Pioneros Solidarios

Vecinos de la asociación Pioneros piden apoyo para poder brindar almuerzo a las familias que se quedaron sin trabajo



A pocos días del inicio del encierro, en marzo del 2020, en la parte alta de Cayma, desde donde se observa gran parte de la ciudad, empezaban a izarse banderas blancas, las dispensas de las familias se quedaban vacías y pedían apoyo para subsistir los 15 días que se convirtieron en semanas y luego en meses.

Los dirigentes gestionaron apoyo, llegaron canastas, pero no duraban mucho, por ello, la junta directiva de la asociación Ciudad de los Pioneros, junto a los vecinos, decidieron un día juntar lo poco que tenían y prepararon almuerzo para aquellos que lo necesitaban.

UNIÓN. No tenían nada, pero poco a poco los vecinos se sumaron a esta iniciativa. Algunos trajeron sus ollas, otros llegaban con sus cuchillos, peladores, papas y  productos que permitieron preparar más de 400 raciones de comida, pollo a la olla, recuerdan. Las colas eran interminables.

Fue la primera olla común que apareció por la zona, así que llegaron hasta aquella esquina ciudadanos de varias asociaciones de los alrededores, hecho que motivó a seguir con la propuesta. Las primeras semanas, cocinaban todos los días con leña y los vecinos que aún conservaban su trabajo donaban lo poco que tenían.

“Éramos unas 10 personas, yo tampoco tenía, entonces me dijeron para apoyar, vine y me quedé hasta ahora ayudando a cocinar, ya tenían un poco de comida para mis 2 hijos. Mi esposo trabajaba en construcción y por la cuarentena se quedó sin trabajo, por lo que también apoyaba en la olla común”, cuenta Claudia Saico, una de las más jóvenes solidarias.

Después, una de las vecinas les prestó su casa, donde actualmente continúan preparando almuerzo, ahora son entre 4 y 5 personas que diariamente se juntan para cocinar, también hay vecinos que –si bien no pueden quedarse toda la mañana- ayudan en lo que se necesite al menos por una o un par de horas.

La cantidad de familias que acuden a la olla común disminuyó porque ahora la mayoría de las asociaciones se han organizado para formar sus propias cocinas populares y esperan que esta cuarentena no sea tan fuerte como la anterior que los golpeó duro.

ESFUERZO. Algunas personas que ayudaron los primeros meses dejaron se asistir porque –afortunadamente- encontraron un trabajo y los que actualmente acuden diariamente lo hacen a pesar de los deberes que deben cumplir en sus viviendas.

Juana Hancco Condori, por ejemplo, tiene 3 hijos, la menor está en inicial, otro cursa el segundo grado de primaria y el último está en la academia. Mientras ella venía a cocinar, su esposo tenía que buscar algún trabajo temporal para generar ingresos y su hijo mayor cuidaba a los menores en casa.

“Soy parte de la junta directiva. Decidimos apoyar desde el comienzo hasta donde se pueda. Hemos pasado por tantas dificultades el año pasado, pero todos los vecinos que han podido vinieron a ayudar, en diferentes actividades”, dice.

Además del apoyo de los vecinos, la única ayuda externa que reciben es del padre Alex, del sector Primero de Junio, quien semanalmente dona alimentos a 17 ollas comunes.