Madres cocinan para familias de escasos recursos en la zona más alejada de Alto Selva Alegre.
Alto Selva Alegre. Para llegar a la olla común Nueva Villa Ecológica, se debe caminar mucho. Quien no esté acostumbrado la puede pasar muy mal en un camino que es más y más empinado. Este trayecto lo recorren a diario los vecinos de la zona para llegar a sus viviendas después de una larga jornada de trabajo.
Cuando una cuadra nos separaba de nuestro destino, pudimos observar a un niño que alegremente corría con su almuerzo en taper. Él salió raudamente del local donde funciona la olla común y en cuestión de pocos segundos recorrió varios metros subiendo por las -cada vez más- elevadas calles.
En la puerta de una casa nos recibió doña Verónica Naira, promotora de las ollas comunes de la Ampliación Villa Ecológica. Ingresamos al local con fachada verde y observamos a un grupo de obreros que manteniendo la distancia almorazaban. Al dar unos pasos más llegamos al único cuarto construido con sillares donde funciona la cocina.
En la habitación vimos gran cantidad de baldes, todos tenían agua debidamente conservada para usarla en la preparación de los alimentos. Sobre la cocina habían 3 ollas: una tenía sopa de fideos; otra, camotes; y la última, choclos.
Inicios. La olla común Nueva Villa nació en mayo del 2020 durante la primera ola de la pandemia del Covid-19 y llegaron a atender a 380 personas al día. La mayoría de sus comensales son trabajadores de la chacra, mercados, obreros y sus familias. Ellos laboran todo el día y se les dificulta cocinar para sus hijos e inclusive para ellos mismos.
Por esta razón Verónica Naira junto a las señoras María, Constancia, Maruja, Justina, Flor y Blanca tocaron varias puertas: a la municipalidad selvalegrina, a empresas privadas, mercados y recientemente a candidatos al Congreso de la República.
Para cocinar estas madres de familia requieren cerca de 150 soles al día, con esto solventan los alimentos que entregan a 2 soles cada ración.
Sin embargo, la recaudación no es suficiente, por lo que también reparten almuerzos a los trabajadores de la zona y forasteros, de esta manera también tiene un ingreso extra para seguir cocinando.
Doña Verónica nos contó que el menú semanal consiste en: lentejas los lunes, revuelto de verduras los martes, el miércoles guiso de fideos, los jueves menestrón, finalmente los viernes saltado de fideos. Sin embargo, estos platos suelen variar según la disponibilidad de alimentos.
También comentó a Viral que antes cocinaban los sábados, pero debido a que ese día gestionan el recojo de donaciones, se les hace difícil preparar los alimentos y el tiempo es escaso para cumplir con el menú.
Más comensales. Con la segunda cuarentena que rige en Arequipa, el número de comensales está subiendo. “Varios vecinos me pidieron que les separe los alimentos porque acudieron a las marchas contra el confinamiento y no podrían cocinar en sus casas”, sostuvo Verónica.
Estas madres luchan el día a día para mantener a sus hijos y padres ancianos con un plato de comida, muchas dejaron sus trabajos para dedicarse a cocinar para todo el barrio. Ellas desde lo alto de Selva Alegre son ejemplo de que con esfuerzo todo se puede, pero necesitan AYUDA.
Cualquier ayuda o donación será bienvenida. Coordinar con Verónica Naira López al 947455086