Ollas de la esperanza: Madre Teresa de Calcuta

Cuando los pobladores vieron que no podían subsistir más por sí solos, se unieron para formar una olla común


Isabel Álvarez
redaccion@diario-viral.com

Cayma. Agnes Gonxha Bojaxhiu decidió llevar una vida religiosa y a los 40 fundó la congregación Misioneras de la Caridad en Calcula y durante más de 45 años ayudó a los pobres, enfermos y huérfanos; ahora un grupo de vecinos de la asociación 11 de Mayo, hacen honor al nombre con el que se la conoce Madre Teresa de Calcula.

Hace casi un año, cuando el entonces presidente de la República, Martín Vizcarra anunciara el inicio de la cuarentena por 15 días, no solo tomó por sorpresa a los millones de peruanos del país, sino muchos quedaron desprotegidos en el encierro que se extendió hasta agosto.

Los pobladores de algunos sectores de la parte alta de Cayma, empezaban a organizarse y formar ollas comunes para apoyar a quienes ya no tenían que comer.

Semanas antes del inicio de la crisis, a Francisca Chañe la habían operado del útero, y con el tiempo veía que así como ella sus vecinos la pasaban mal y se preguntaba cómo es que se habían formado esas organizaciones. Habló con una de sus vecinas más cercanas con quien empezaron a coordinar.

EL PLAN. Cerca de una semana le tomó organizar todo, habló con el presidente de la asociación, con sus conocidos de una parroquia a la que asistía y después de reunirse con otros vecinos –recuerda que fue un 8 de junio del año pasado- acordaron que cada una debía llevar lo que podía, desde alimentos, agua, ollas.

“Ya había participado en actividades similares cuando estaba en la parroquia, ayudando al prójimo, así que confiaba en que saldría bien”, cuenta antes de regresar a la cocina improvisada a un costado de la loza deportiva de la asociación; donde Timoteo Coaquira atiza la leña bajo la olla y donde otras mujeres y niños preparan los alimentos.

Alistaban un guiso de fideo con queso y huevo.

Al día siguiente, el 9 de junio, el presidente llegó con un saco de papa –recuerda-, la primera semana distribuyeron casi 200 platos al día, tenían que vaciar las pequeñas vasijas que tenían para preparar más; y antes de cumplir un mes, consiguieron que la comuna distrital les donara una olla.

En tanto un vecino les prestó un ambiente en su lote para guardar sus utensilios, donde a veces cocinan a gas, especialmente frituras.

Las personas que encontramos en el lugar –nos explica- empezaron apoyar este año, la situación empeoró y los dejó vulnerables, pero Timoteo estuvo desde el primer día en que funcionó la cocina popular.

“En nombre de la olla común Madre Teresa de Calcula, de 11 de Mayo, zona D, pido a todas las personas de buen corazón y autoridades, que nos apoyen con las verduras porque ahora cuestan más, y otros productos de primera necesidad como  arroz, papa”, dijo.

Este año, con la segunda ola de la pandemia, empezó a incrementar la afluencia de los comensales, que llegan de otros sectores. En diciembre llegaron entregar 95 platos al día, la cifra fue aumentando a 115 y hasta 130 al día. La mayoría que tiene las posibilidades paga un sol por elmuerzo, pero los que no tienen se llevan gratis.

Coordinación de donaciones: Francisca, 941264348 ; padre Alex 959954370