Devoción absoluta a Nuestra Señora de la Candelaria

La Virgen de la Candelaria es considerada sanadora de epidemias. La multitud la eligió patrona de la ciudad. Un gran fervor que inició en zonas rurales.




Arequipa desde su fundación española se consagró al culto de las advocaciones marianas (dedicación de un lugar religioso a santos o a la Virgen). Pero, la imagen que tuvo su devoción absoluta fue Nuestra Señora de la Candelaria. 

Gracias a sus milagros se convirtió en la imagen dominante de la ciudad y sus templos en santuarios.

La veneración a la Virgen de la Purificación o Candelaria inició en las zonas rurales cada 2 de febrero desde el siglo XVII (Cayma, Characato y Chapi). La popularidad de la efigie crecía porque era sanadora de epidemías y protectora en los terremotos.

Arequipa tenía en los años 1600 a sus patronos: San Sebastián, abogado contra las epidemias y San Genaro, contra los sismos. Pero, “la ciudad cedió la potestad de sus patronos  a la nueva imagen (Candelaria) al punto de convertirla en la máxima deidad de Arequipa”, se detalla en el libro “El agua, la serpiente y la Candelaria de Arequipa” de Edmundo Motta Zamalloa (1985). 

Para conseguir los milagros de la Virgen. Se realizaban procesiones y peregrinación. Desde esos momentos “las candelarias introdujeron la modalidad de peregrinar”. Su devoción masiva estaban autenticadas por los momentos más críticos de la historia de Arequipa.

Por ese motivo, siglos después el fervor se extendió a las ocho provincias de la región donde se resalta la peregrinación de Quilca (Camaná) y procesiones de los distritos de Caylloma.

Antigüedad. Hay ausencia de documentos oficiales de la imagen mariana porque estaba estrechamente relacionadas a las áreas rurales donde solo había tradición oral. Pero, el periodista e investigador de la historia de Arequipa, Dante Zegarra López, refiere que en la ciudad hay cinco imágenes antiguas de la Virgen de la Candelaria que reciben culto desde hace más de cuatro siglos.

“Tres de ellas son conocidas por los lugares en donde se les comenzó a rendir culto y en los que sus templos eran santuarios: Cayma, Characato y Chapi”, explicó. 

La cuarta efigie antigua conocida como La Chiquita está en la Iglesia de la Compañía de Jesús.

“De hecho la imagen que disputa antigüedad con Cayma, ahora poco conocida, es aquella que por años recibió culto en el

templo de la Compañía de Jesús y que el pueblo la llamó ‘La Chiquita’”, explicó Zegarra. 

Asimismo, la quinta Candelaria antigua está en la iglesia San Francisco (Tercera Orden), su historia se une con la de Chapi.

CORONADA. Los milagros realizados fueron reconocidos a nivel mundial. Nuestra Señora de la Candelaria de Cayma recibió en 1947 la coronación canónica, un reconocimiento que entrega el Vaticano por la devoción a una advocación mariana. La segunda fue puesta en 1985. Llegó el papa Juan Pablo II a Arequipa para coronar a la Virgen de Chapi.

El pueblo de Arequipa por siglos le rindió gran devoción y cada 2 de febrero celebraba su fiesta religiosa que se volvió tradición. Con el transcurrir del tiempo la devoción se perpetuó solo en Cayma y Chapi que tiene cuatro fiestas (2 de febrero, 1 de mayo, 8 de setiembre y 8 de diciembre). Asimismo, desde el siglo XVIII nació otra devoción en Quilca (Camaná).

Este 2 de febrero no habrá celebraciones. Las medidas para evitar contagios del nuevo coronavirus exige tener la devoción desde casa. Los fieles seguidores de la Virgen de la Candelaria esperan un nuevo