“Rezo a Dios para que todo salga bien”

Cuando nació Alexis una presunta mala operación lo condenó a no caminar y ni hablar. Los médicos le dijeron a su mamá que iba a ser un niño normal, pero después de un año de nacido, le diagnosticaron parálisis cerebral.

Escribe: Yorch Huamaní Estrada

Fotografía: Brenda Pilco Mamani

Mariluz Jacho Cuevas intentó quitarse la vida lanzándose del puente Chilina hace cinco años. Esto luego que su hijo Alexis fuera diagnosticado con parálisis cerebral. Una enfermedad que, a sus cortos seis años de vida, lo condenaban a  no poder mantenerse en pie y tampoco pronunciar una palabra por el resto de su vida.

La carga emocional y la frustración de no saber qué hacer para que su hijo se recupere, llevaron a esta madre a tomar la peor decisión y dejar a sus pequeños Aron y Alexis en el abandono. “Cómo voy a dejar a mis pequeños solos, que va ser de ellos”, dice hoy Mariluz entre lágrimas, al recordar esos momentos difíciles. Mientras tanto Alexis observa a su madre sentado en una silla de ruedas, pues él siente y sabe todo lo que sufre su mamá.

Es mediodía de un miércoles, el calor es sofocante y la joven madre tiene que alistar a sus dos hijos, pues el mayor, Aron de nueve años, tiene clases de karate que dicta la Municipalidad de Arequipa. Mariluz y sus pequeños viven en un precario cuarto ubicado en el techo de la casa de su papá, en el pueblo joven Villa El triunfo en Sachaca. Se mudó allí cuando empezó la pandemia de la Covid-19 luego que su pareja los abandonara. 

Mariluz se encomienda a Dios antes de salir de casa, coge una lliclla y carga a Alexis y luego toma una bolsa de mercado donde lleva buzos para niños que luego vende en la calle. Tiene que bajar de su cuarto por unas gradas empinadas y sin baranda hacia el pasadizo de la casa. Tras esto, sale a la calle y desciende por la tierra, pues en la zona no hay asfalto ni gradas. Realizada la primera misión, camina diez minutos hasta el paradero. “Diosito dame fuerzas y valor. Porque si no salgo a vender, me va a faltar dinero para las copias de mi hijo y otros gastos”, dice.

A esto se suma la lucha diaria contra los cobradores y choferes de la empresa Bella Unión que pertenece al Sistema Integrado de Transportes, quienes no respetan el pasaje exonerado que tiene Alexis, pese a contar con un carné de Conadis.  Esta rutina la repite todos los días desde que inició la emergencia sanitaria y desde que los abandonó su pareja quien le prometió estar con ella en los momentos difíciles.

Los últimos seis años fueron los más difíciles para esta joven madre. Todo empezó el 30 de setiembre del 2014 cuando acudió sola al hospital Honorio Delgado Espinoza para dar a luz al pequeño Alexis. Eran las 4 de la mañana del 1 de octubre cuando Alexis llegó al mundo, le dio de lactar, luego se durmió y los médicos se lo llevaron a observación porque nació con el ano no perforado. 

“A las diez de la mañana me desperté, no estaba mi hijo, los médicos me dijeron que tenían que operarlo porque no tenía el ano perforado. Me hicieron firmar papeles para la operación y luego me dieron de alta, pero mi hijo se quedó un mes en el hospital”, relata. 

Mariluz dice que antes de llevarlo a casa, los galenos le aseguraron que Alexis sería un niño normal y que no tendría problemas más adelante. Ella confío en los especialistas y lo llevó a casa. Pero cuando iba a cumplir un año, su pequeño hijo no podía sentarse ni ponerse de pie. Esto llamó la atención a la joven madre de familia, quien lo llevó de inmediato al hospital. Allí los galenos le informaron que tenía parálisis cerebral. 

“Una obstetra fríamente me dijo: tu hijo nunca va a caminar. Cuando me dijo eso, fue como si hubiese chocado contra una pared. Quise poner la denuncia por negligencia, pero en la comisaría me dijeron que no se hace aquí”, sostiene.  No supo qué hacer ante tan dolorosa noticia. Por su mente pasó la idea de quitarse la vida ingiriendo veneno o lanzándose del puente Chilina, pero fueron unas señoras y ancianas del hospital quienes le levantaron la moral para que siga adelante. 

“Luego de enterarme que mi hijo no podría caminar no me quedé de brazos cruzados. Busqué colegios especiales y encontré el colegio Santa Lucia donde le ayudaron con terapias. Pero estuvo ahí hasta el año pasado, porque me dijeron que tenía que pagar S/450 de pensión, ahora está en un colegio público, pero no hay terapia”, expresa. 

EQUINOTERAPIA

Pese al diagnóstico de los médicos, el pequeño Alexis puede sostenerse de pie y sentarse, estas dos actividades tan simples le eran imposible antes. Esto fue posible gracias a la equinoterapia que brinda la Policía en la Caballería ubicada en el sector de Congata. 

El suboficial, Jhon Torres Apaza, explica que la equinoterapia sirve para la rehabilitación de menores con habilidades diferentes. “Este trabajo ayuda a que los niños tengan una mejor psicomotricidad fina y gruesa, lo cual implica el movimiento en el cuerpo”, dice.

Por su parte la suboficial, Vanesa Aimer, refiere que Alexis tuvo notorios avances en su cuerpo y eso le llena de orgullo para que siga trabajando.  “Cuando mi hijo se sentó por primera vez, sentí una alegría inmensa, cada logró es especial”, dice alegre Mariluz cuando recuerda el suceso.

DENUNCIA POR ALIMENTOS

El 11 de diciembre del 2020, ante la falta de ayuda por parte de su expareja, Juan Arisaca Mamani, y las promesas incumplidas para ayudarla en la crianza, Mariluz decidió denunciarlo ante el Juzgado de Paz Letrado de Hunter. Sin embargo, a la fecha aún no hay una sentencia que ordene el pago de pensión. Según el expediente N° 02764-2020-0-0411-JP-FC-01, Arisaca Mamani fue notificado por quinta vez para acudir al juzgado, pero aún no se presenta. De no acudir podría ser notificado como requisitoriado por demanda de alimentos. 

EL PRIMER CUMPLEAÑOS

El próximo 1 de octubre Alexis cumplirá siete años, desde que nació nunca le cantaron “Happy Birthday”. Esto a raíz de su enfermedad y también por la escasez de dinero en su casa. Pero este año será la primera vez que su madre le comprará una torta. “Este año ingresé al programa Juntos donde me tocó el bono S/350 y con eso le compraré una torita a mi hijo”, comenta algo aliviada. 

Los ingresos que tiene la familia son por los buzos que vende Mariluz en la calle y que ella misma los confecciona con dos máquinas que consiguió gracias a un préstamo del banco. Pero su mayor deseo es que termine la pandemia para llevar al pequeño Alexis a un médico y que lo evalúe nuevamente.