Último aliento

 

Mg. José Dadín Muñoz Delgado.

jmunozd@pucp.pe

La semana pasada se voceaba una visita del primer ministro Guido Bellido, y el ministro de Energía y Minas, Iván Merino, al proyecto Tía María, para anunciar su cierre, de acuerdo con las declaraciones que dio el dirigente Miguel Meza y el parlamentario Jaime Quito.

Sin embargo, en un acto que esperamos sea reflexivo, la PCM anunció otra agenda y el mismo ministro, hizo extensivo un comunicado que solo era un supuesto.

Iván Merino, registra en su hoja de vida, experiencia como un pequeño empresario independiente, cuya importancia radica en la habilidad para la negociación. Al parecer siempre ha defendido la cultura y las pequeñas poblaciones, ya que es miembro de la fundación intercultural sudamericana. En sus primeras declaraciones señaló que el Gobierno implementará políticas que busquen generar la llegada de más inversiones para el país, aplicando nuevos criterios. “Se implementará el enfoque territorial, tomando en cuenta las características étnicas, climáticas y sociales existentes en las zonas donde se realizan operaciones, con el fin de armonizar los proyectos de inversión y ajustarlos a los intereses de la población”. Lindas palabras populistas, más calzaban con un discurso del ministro del Medio Ambiente y no de Energía y Minas. 

Dejando de lado la inexperiencia y el probable fracaso de muchos ministerios, con gente totalmente inexperta y poco preparada. Analizaremos los aspectos económicos que mostró el Perú durante el primer semestre. Un mejor desempeño que el previsto hace tres meses. Los indicadores sanitarios han mejorado notablemente y el proceso de vacunación se ha acelerado, aunque no se puede descartar una tercera ola de contagios en los próximos meses. Se observa un escenario político de elevada y sostenida incertidumbre para este y el próximo año, lo cual induce a una cautela en el gasto del sector privado, sobre todo en el de inversión.

Por el lado fiscal, se anticipa para 2021 un déficit superior al 4,0% del PIB y hacia adelante que se mantendrá por encima del 3,0%, a pesar de la recuperación de los ingresos (principalmente por minería). En este contexto, la deuda pública bruta seguirá una trayectoria ascendente (ubicándose por encima del 40% del PIB en el medio plazo) y, por lo tanto, se ha elevado la probabilidad de una rebaja de la calificación crediticia soberana.

 Esto es inevitable y ni la conferencia de Pedro Francke sobre sus medidas para reducir el déficit fiscal servirán.