Lo ideal, en esta etapa tan crítica que atravesamos, sería que las autoridades conozcan, tengan experiencia y conocimiento sobre la problemática de las MYPES a nivel nacional. El Perú es un país de micro y pequeñas empresas: más del 99.6% del total de unidades económicas registradas a nivel nacional son MYPES y somos el motor del desarrollo con presencia en todas las regiones del país. Muchas empresas del sector han desaparecido y no han recibido apoyo, pese a que generamos empleo, pagamos impuestos y dinamizamos las economías locales.
Las MYPES merecemos que frente a la política pública que nos afecta estén profesionales con solvencia moral y profesional, pero sobre todo de una disposición gubernamental para abrirnos las puertas de todas las oficinas involucradas. Nadie conoce mejor de los micro y pequeños empresarios, que nosotros. Es por ello que la actual gestión debe empezar ya a escuchar a los gremios MYPE e incentivar alianzas para el logro de objetivos concretos.
La coyuntura nos obliga a aunar esfuerzos para forjar un entorno favorable para seguir trabajando y produciendo empleo. Estamos dispuestos a ayudar a que el Estado haga su trabajo de promoción, que cumpla y haga cumplir la ley, que extirpe la lacra de la corrupción, que piense en el bien común y no en el beneficio propio o en el beneficio de algún grupo político, es decir que genere y transmita confianza en el empresariado. Sin empresas, no hay inversión, sin inversión no se genera trabajo, y sin trabajo crece la pobreza, la desesperanza y la informalidad.
Los próximos cinco años vienen cargados de oportunidades para la reactivación económica del país y la superación de la pandemia. Son años y oportunidades que estamos en obligación de aprovechar al máximo. Sin las empresas, sin las micro y pequeñas empresas no es posible, señor Presidente. El Perú tiene mucha expectativa. Desde las MYPE haremos los esfuerzos necesarios para empujar al país en ese objetivo. Esperamos ser convocados.
