Un maestro de Dios

 El padre Carlos Pozzo fue el principal guía y gestor de William del Carpio Sardón





Un maestro es una fuente de inspiración sin fin; inspiración que nace de su ilusión, de su vocación, de su talento, de su amabilidad y de su amor por su profesión. A lo largo de una vida, hay personas que dejan huella por donde van, los maestros, en ocasiones son tan menospreciados y a pesar de eso siempre dan lo mejor de ellos y serán recordados con el paso del tiempo. 

William del Carpio fue hijo de doña Elva Sardón Paco y don Alberto del Carpio Gorriti, nació el 15 de enero de 1965 en el distrito de Juli provincia de Cuchuito y departamento de Puno. William o cadete como lo conocían sus compañeros ejerció la docencia por primera vez en Circa (Círculos Sociales Católicos de Arequipa) donde conoció al padre Carlos Pozzo, sacerdote jesuita y fundador de Circa, quien se convertiría desde ese momento en su gran maestro, gestor y guía. Ejerció la docencia en diferentes centros tales como San Antonio María Claret, San Pedro y San Pablo, Juan XXII y finalmente en el Colegio San Luis Gonzaga, colegios donde siempre lo recordarán por su impecable y siempre preocupada labor de docente.

Perteneciendo a los Círculos Sociales Católicos de Arequipa se integró al grupo Renovación Misionera REM, grupo integrado por personas de diversas profesiones que transmiten la palabra de Dios. Su afinidad con la religión lo llevo a estar presente en retiros espirituales, jornadas, charlas que CIRCA brindaba junto con su gran amigo el Padre Carlo Pozzo.

“Tenía horario de entrada más no de salida” nos comenta su esposa y compañera de vida Ana María Rocha Linares, quien es también profesora en CIRCA, ella lo recuerda como un gran hombre, padre y maestro. “William solía estar todas las mañanas acompañando al padre Carlos Pozzo en las misas que ofrecía hasta que por su avanzada edad el padre tuvo que ser trasladado a la casa de los Jesuitas” añade su esposa.

Durante su proceso de crecimiento profesional tuvo que migrar a diferentes instituciones educativas hasta llegar al Colegio San Luis Gonzaga en el distrito de Socabaya. Su gran amigo y colega René Humpire recuerda con alegría el compromiso que William había tomado con ese colegio “el gestor y fundador de Circa siempre procuraba que cada colegio tuviera una capilla no solo para estudiantes o profesores de la institución sino para celebrar misas con todas las personas de la zona y justamente el profesor William fue quien guiaba y motivaba a los padres de familia a terminar de construir la capilla” añade René. Hoy en día la capilla gonzaguina está totalmente construida y apta para la visita de cualquier fiel devoto a la Virgen del Carmen patrona de la institución educativa.

 “No te fíes de tus fuerzas, fíate de Dios” es la frase que siempre quedara en la memoria de cada uno de los alumnos de William del Carpio que hoy lamentan su pronta partida. “Estarás ya con tu gran amigo el padre Carlos Pozzo en el cielo, cuidándonos y siempre guiándonos” nos comenta la profesora Karin Quispe Flores. 

William será recordado por sus familiares, amigos y en especial por sus alumnos como el profesor que enseñaba el curso más difícil de aprobar en la vida. 

El curso de religión era para ser enseñado con el ejemplo y de eso se encargó William comprometido con su profesión y con las obras que Circa realizaba.