En Tiabaya hizo sus primeros trazos para lo que hoy son las naves espaciales. Era un genio adelantado a su tiempo
El ilustre arequipeño nació el 2 de julio de 1874 en el alejado y verdoso distrito tradicional arequipeño, sus padres fueron Pedro Paulet y Antonina Mostajo y Quiroz. El intelectual muy joven perdió a su padre y fue el sacerdote francés Hippolyte Duhamel, fundador del colegio San Vicente de Paúl, quien se encargaría de complementar su formación en su escuela de vanguardia.
Pedro Paulet fue un apegado amante de su tierra, de la cual en varias oportunidades reiteró que le apasionaban los fuegos artificiales en el cielo, quizá conocía su historia desde muy pequeño. Esto, acompañado del duro contexto que le tocó vivir, la guerra con Chile, Paulet aprendió a vivir entre fuego y bombardas.
A los 17 años ingresó a la Universidad Nacional de San Agustín, en los claustros agustinos forma parte de la Asociación Patriótica, que buscaba recuperar Tacna y Arica, influenciada por las prédicas de Manuel González Prada. Desde muy joven, Paulet mostró su interés multidisciplinario en diferentes áreas de la ciencia y sociedad. Posteriormente, Paulet se convirtió en diplomático, científico, y un hombre muy preparado para su época, era un adelantado a su tiempo.
Dos años después, Paulet recibió una beca del gobierno peruano en reconocimiento por su excelencia académica, lo que le permitió viajar a Europa a cursar estudios de ingeniería.
Viajó a París, donde estudió en La Sorbona las especialidades de ingeniería y arquitectura. Se graduó en el Instituto de Química Aplicada, obteniendo la más alta distinción el título de ingeniero químico.
INVENTOR. La preparación de Paulet le permitiría, tiempos después, convertirse en uno de los inventores más afamados del Perú, además su trabajo cruzó fronteras y en Argentina también fue muy afamado, el arequipeño siempre buscó una alianza comercial e industrial entre ambos países para la administración del acero y el carbón.
AERONÁUTICA. En 1902, Paulet firmó el diseño del Avión Torpedo, el primer antecedente de los jets, esos aviones romperían la barrera del sonido en 1947. Los planos del torpedo fueron la base para la construcción de la mítica aeronave estadounidense Apolo 11, la primera nave tripulada que llevó al hombre a la Luna. Este fue uno de los diversos aportes de Paulet a la ciencia y aeronáutica.
El inventor arequipeño murió el 30 de enero de 1945 a los 70 años, sin embargo, su legado y presencia histórica no desaparece del espectro científico y cultural.
LEGADO. En 1974, cuando se cumplió el centenario del natalicio de Pedro Paulet, la NASA difundió una estampilla del correo estadounidense recordando al genio.
Además, el 26 de diciembre del 2006, Perú lanzó su primera cohete sonda desde la base de la Fuerza Aérea del Perú en Pucusana, al sur de Lima. La aeronave fue bautizada como Paulet I, para 2013, le seguiría un segundo cohete sonda llamado Paulet 1-B. EL legado del genio sigue viviendo, es un ejemplo para la ciencia y tecnología.