Este 2021, la violencia contra la mujer hasta el momento cobró la vida de cinco mujeres en Arequipa que fueron asesinadas por personas que dijeron amarlas. Todos los casos ocurrieron por parejas altamente agresivas.
Para frenar este problema social, la educación emocional sería la solución para enseñar a controlar las emociones y erradicar una sociedad violenta. Este tipo de educación es un proceso formativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano para el desarrollo de la vida y aumentar el bienestar personal y social.
Esta educación permitirá al ciudadano tener todas las herramientas para enfrentarse a la vida y combatir el consumo de drogas, el estrés, la depresión o la violencia. Por tanto, es importante incluirla en la currícula educativa para transmitir conocimientos y la corrección de comportamientos agresivos o impulsivos que afectan a la sociedad y crea ciudadanos agresivos.
LAS EMOCIONES. Hablar de emociones, no es sinónimo de debilidad o ¨cosas de niñas¨. Sin embargo, hay un desconocimiento social de gran parte de la población en la expresión de sus emociones ocasiona con el tiempo una sociedad violenta.
Muchas familias usan frases como ¨los hombres no lloran¨, ¨eres muy emocional¨ cuando se expresar sentimientos de llanto o dolor. Las emociones son la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, entre otros. No todos somos conscientes que un mal manejo de estas emociones puede acarrear en enfermedad, por ejemplo somatización, que es manifestar físicamente las dolencias emocionales no atendidas.
PREVENIR LA VIOLENCIA FAMILIAR. En la familia se acentúa el aprendizaje de roles de género trasmitidos a través de generaciones y que potencian que los varones aprendan tácticas inapropiadas para manifestar la rabia y cohibir la pena, sin expresar sus emociones. En cuanto a la conducta, se les enseña a ser activos, independientes y a usar la fuerza a la hora de solucionar conflictos. Por otro lado, a las niñas, se les enseña a controlar sus impulsos agresivos, siendo más propensas a manifestar sentimientos de pena e indefensión
Según estudios desarrollados en España, donde se implementó la educación emocional en su plan educativo, señala que en alumnos cuya inteligencia emocional es baja, tienden a mostrar unos mayores índices de impulsividad y menos hábitos sociales, que les lleva a presentar conductas antisociales y los hechos violentos son más frecuentes. Por el contrario, los estudiantes que presentan elevadas puntuaciones en inteligencia emocional, llegan a tener vínculos interpersonales más positivos, así como un bajo índice en cuanto a enfrentamientos con sus amistades, provocándoles un mayor nivel de agrado.
Por último, desarrollar la inteligencia emocional permite que un adulto tenga un bienestar psicológico. Es por ello que la educación emocional es una de las mejores inversiones que un país puede emprender con miras a lograr el desarrollo de sus recursos humanos, la igualdad entre los sexos, la cohesión social y la disminución de la violencia social, aquí está comprendida la violencia familiar.
En Perú es importante implementar este curso en la currícula educativa para comenzar a controlar y posteriormente lograr la erradicación de la violencia familiar. Se necesita la educación emocional para comenzar a tener una sociedad de paz.