El 9 de junio de 1994, la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como “Convención de Belém Do Pará”.
Por primera vez un tratado internacional vinculante reconoce el derecho a las mujeres a tener una vida libre de violencia y que la violencia se constituye en una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
VIOLENCIA EN PERÚ. El tratado propone la adopción de leyes y políticas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia. En nuestro país se implementaron importantes políticas. En 1997 se aprobó el Texto Único Ordenado de la Ley n.º 26260, Ley de Protección frente a la Violencia Familiar, en 1998 aprobó su reglamento.
En el año 2019 se aprobó la Política Nacional de Igualdad de Género (PNIG) que considera la discriminación estructural contra las mujeres como un problema público a ser atendido para lograr la igualdad de género. Así es como, el Estado peruano incorpora los contenidos y conceptos de la convención la Convención de “Belém do Pará” en las políticas públicas y normas, para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.
Pero, a pesar de esta normativa, las estadísticas nos refieren una realidad que aún nos desangra como sociedad. El boletín informativo del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables refiere miles de casos de violencia contra la mujer (ver cuadro).
AREQUIPA. De enero a diciembre del 2020 ocurrieron 131 feminicidios a nivel nacional, ocho en Arequipa y ocho tentativas. En el 2019, la situación fue peor para las mujeres, se registraron 166 víctimas de feminicidio en el Perú, siete en Arequipa y 23 tentativas. Son 15 mujeres asesinadas por quienes decían amarlas.
El primer caso a nivel nacional de feminicidio registrado una vez que el Ejecutivo decretó el estado de emergencia en Perú a raíz de la pandemia se reportó desde Arequipa. Fue en el distrito de Alto Selva Alegre, el 22 de marzo del año 2020, Rubén Castro Ortiz, asesinó de diez puñaladas a su pareja Cynthia T.H., dentro de una vivienda usada como bar clandestino. Algunos nombres de mujeres víctimas de feminicidio son: Neibet Rivadeneira (30), Luz Clarita Tangoa (20 años), Brenda Martínez, Juana Gómez (47), Zenobia Machaca (28), Noelia Cayro (34), Hilda Cañari (35), Marisol Huaraya (27), Rosa Miranda (38), Helen Cañazaca (24), Cinthya Torres (36), Yakelin Iquise, G. T. (3), Adela Gutiérrez (25), Karina Mendez (33), M. F. T. N. (16), A. J. H. M. (4), J. M. M. Y. (16), A. B. M. (17).
Este año, se registraron cinco feminicidios. El que causó mayor reacción de la población por la ferocidad con que actuó el agresor fue el ocurrido a Gabriela M.Y. (29) y sus dos menores hijas de 5 y 3 años de edad, quienes fueron degolladas pro su esposo y padre de las niñas, Edgar Pinto, quien reconoció el triple homicidio tras una discusión en el camino al Santuario de Chapi.
La política pública implementada a raíz de la Convención Belém do Pará, aún es incipiente, falta la intervención del Estado desde el enfoque de prevención para evitar solo las intervenciones reactivas, esta es la otra pandemia pendiente por atender desde la decisión política de las autoridades.