Por amor a sus hijos

Carlos Aguilar Medina ama el waterpolo pero incursionó como dirigente en el básquet, deporte que apasiona a sus engreídos






Carlos Aguilar Medina fue un deportista y entrenador de la disciplina de waterpolo, pero el centralismo capitalino lo obligó a dejar este deporte. Años más tarde tuvo que incursionar en el básquet, esta vez como dirigente. Se dedicó al balón cesto por el amor a sus hijos, quienes se enamoraron de este deporte.

Actualmente es un papá feliz y orgulloso del crecimiento deportivo y profesional de sus engreídos, a quienes no se cansará de apoyar en sus sueños y metas.

¿Qué lo motivó a practicar el waterpolo? Es un deporte muy bello, se trata del fútbol en el agua, es más divertido que la natación. Es  uno  de los deportes más completos.

¿Por qué es un deporte completo? A nivel olímpico es un deporte de complejidad, un deporte difícil porque requiere de mucha preparación. Es la natación solo se requiere nadar, en el waterpolo es muy importante tener flotabilidad.

¿Cuánto tiempo se ha  dedicado a este deporte? Me inicié en 1970 a raíz de que vino un técnico alemán a Lima, tuve que viajar. Aprendí mucho de él. Vine a Arequipa a buscar que el waterpolo se estableciera y me retiré oficialmente en 1995 luego de lograr -como entrenador- que una selección nacional femenina este integrada con el 100 % de arequipeñas en el Sudamericano de Río de Janeiro (Brasil).

¿Por qué tomó la decisión de retirarse del deporte que tanto ama? Es decepcionante que la selección masculina integrado por capitalinos viaje al Sudamericano en avión y con todas las comodidades. Mientras la selección femenina para llegar a Río de Janeiro, por ser todas arequipeñas, hicieron un viaje de tres días en bus. Y para variar los varones hicieron el ridículo y el equipo de damas que estuvo a mi cargo, mantuvimos la  misma altura ante un campeón del mundo que es Brasil. Sin embargo, no nos dan pelota.  Eso me quitó todas las ganas. Ese fue el punto de quiebre para dejar el waterpolo.

¿No fue una decisión fácil? Así es y duele porque yo formé a estas niñas desde cero para llevarlas lejos y lo logramos. Tanto fue la envidia de Lima que para representar al Perú en ese Sudamericano nos enviaron a un torneo nacional de Chile como parte de una evaluación. Pese a que era humillante este pedido aceptamos el reto y ganamos a todos los equipos, ahí recién tuvimos luz verde.

 El centralismo ha existido toda la vida. Sí, y no solo aquí, sino en todos los deportes. El IPD recibe un presupuesto del Gobierno que lo reparte a las federaciones para todos sus eventos y 100% para Lima y para provincias nada. En waterpolo, el entrenador cubano de Lima ganaba 1800 dólares e hizo un papelón y yo con mejor equipo no gané ni un centavo obteniendo mejor resultado y mayor nivel.

¿Usted tenía ilusión de que sus hijos sigan su legado en el waterpolo pero ellos optaron por otro deporte? Yo soñaba que iba a seguir con el waterpolo a través de mis hijos porque eran nadadores y teniendo empresa tenía para darle todo el apoyo económico a ellos y para que el waterpolo surgiera en Arequipa con mayor potencia, pero mis hijos escogieron el básquet y tuve que meterme a este deporte para apoyarlos y desde el 2005 empezamos la tarea y no paramos hasta ahora.

No le quedó otra que apoyarlos. Sí, ellos hubieran elegido el waterpolo, téngalo por seguro que Faraday hubiera tenido en vez de coliseo una piscina olímpica con todo y el waterpolo sería una potencia en Arequipa, pero ellos escogieron el básquet, tenía que apoyarlos y estar con ellos. No fue decisión mía, una labor de todo papá, cuando tienes hijos vas a sacrificarte por ellos.

Ahora que han pasado 16 años ¿Qué siente por sus hijos? Estoy feliz por mis hijos, han tenido un crecimiento importante en este deporte. Ya están incursionando como técnico, fueron a Argentina, vieron la NBA en Estados Unidos, se prepararon,  saben lo que es el básquet mundial, obviamente están agarrando el nivel que nosotros queremos porque tenemos esa ambición de competir. Incluso mi hijo Renato tuvo la oportunidad de estás en una selección juvenil.

¿Qué significado tiene para usted que uno de sus hijos haya defendido la “bicolor”? Él (Renato) estuvo dos años consecutivos en la selección peruana pese a que no es muy alto, ha viajado a Argentina y otros torneos. Es una satisfacción para la familia, Mauricio no llegó a ese nivel porque empezó muy tarde pero nuestro  Luis Barrios llegó a ser capitán de la selección. Somos el único club de provincia en aportar jugadores para Perú.

¿No solo los varones son deportistas, las damas también hicieron lo propio? Sí, Daniela estuvo muy metida en el vóley después en el básquet. Ella se fue con la Unsa a un campeonato nacional universitario y regresaron con el título,siempre le ponía ganas.

¿Se trata de una familia deportista? Siempre en la familia he querido que apuesten por el deporte. Es la satisfacción que tiene un padre y la diversión de verlos jugar en la cancha. Es lo que un papá sueña y  eso le debo al deporte.

Finalmente coincide que el deporte va de la mano con el estudio? Es un complemento. Mi hija Daniela es psicóloga y está terminado derecho, tiene dos carreras. Mis hijos Mauricio y Renato son ingenieros industriales. Aún me falta la menor Estefani. Ellos lo han pasado haciendo deporte full y los estudios. Pese a que son profesionales siguen enfocados en su deporte.

DETALLE

Carlos Aguilar Rivera tuvo el privilegio de llevar la antorcha de los Panamericanos Lima - 2019 por su trayectoria como deportista y dirigente deportivo.