La solidaria Marjan apoya a niños especiales

Ante la difícil situación que afronta el Hogarcito de Niños Especiales San José Benito de Cottolengo, ubicado en el distrito de Tiabaya, tras el incendio suscitado días atrás, la clínica Paz Holandesa Tony Molleapaza Rojas realizó una donación destinada a los menores albergados y contribuyó a la reparación del cableado eléctrico.

La directora de la clínica, Marjan van Mourik, quien se caracteriza por su labor solidaria con los niños de bajos recursos económicos, en esta ocasión, donó piyamas, colchones antiescaras y un nebulizador destinado a los niños y adolescentes que tienen alguna discapacidad del Hogarcito San José Benito de Cottolengo.

Su apoyo, también consiste en la reparación del cableado eléctrico, destinando un presupuesto para la compra de los materiales adecuados que eviten un nuevo corto circuito que ponga en riesgo a los niños y jóvenes albergados.

“Con la ayuda de 2500 soles en efectivo que estamos brindando, queremos lograr el cambio del cableado eléctrico en la instalación siniestrada, con materiales adecuados para que no vuelva ocurrir un corto circuito, de esta manera buscamos proteger a los menores albergados”, precisó Marjan van Mourik.

La solidaridad también fue ofrecida por los médicos pediatras de la clínica Paz Holandesa, quienes visitaron el Hogarcito San José Benito de Cottolengo donde realizaron un chequeo médico a los niños y entregaron las donaciones.

¿QUIÉN ES MARJAN? La directora Marjan van Mourik es de nacionalidad holandesa, ella era una enfermera que vino al Perú en 1998 como turista y que, ante las necesidades que vio, decidió quedarse y fundar –con otros socios- Paz Holandesa, para apoyar a los niños con enfermedades. Marjan, aunque estaba lejos de su país y que su esposo le pidió decidir entre él y su labor social. Al final decidió por lo segundo.  

La  clínica lleva el nombre de Tony Molleapaza Rojas porque fue uno de los primeros niños que atendió en su labor social.

El menor tenía solo 10 años y  sabía que se iba a morir de un cáncer terminal. Marjan le prometió a Tony que construiría un hospital para curar a los niños y que llevaría su nombre para simbolizar que seguiría viviendo.

Esa promesa la cumple a cabalidad y ayuda con sus gestiones a miles de niños necesitados.

“Por ello, Paz Holandesa continúa incansablemente con las operaciones gratuitas de labio leporino y paladar hendido, se brinda ayuda a pacientes con espina bífida, niños con síndrome de Down, además de charlas virtuales de autoestima, identidad, entre otras”, asevera Marjan van Mourik, una gran amiga solidaria.