Heroica revolución del 50

La huelga estudiantil de la "I" inició una protesta arequipeña que fue cruelmente atacada por el gobierno de Manuel Odría en 1950




El pedido de respeto y una gestión honesta a favor de los alumnos del colegio emblemático Independencia Americana a su director Juan Zela Koort generó el 12 de junio de 1950 una de las protestas más imponentes de Arequipa y que terminó el 15 de junio con una cruel respuesta del presidente y dictador Manuel Odría que gobernó el Perú entre 1948 a 1956.

INJUSTICIAS. La recordada “Revolución del 50” inició el lunes 12 de junio, pero días antes los escolares del cuarto año de secundaria reclamaban a Zela Koort por diversos maltratos y la mejora en las condiciones de equipamiento para hacer educación física, ya que había fallecido un alumno al usar las barras paralelas sin colchoneta y el director del plantel ignoró el hecho, ello detonó la indignación del alumnado contra Zela Koort, así lo contó en el 2018 el exalfeñique Rómulo Gonzales Paredes, quien fue parte de aquella manifestación, él cursaba el cuarto año en la sección B.

“Ingresamos al plantel a las 8 de la mañana, nos organizamos para iniciar nuestra huelga estudiantil ante las injusticias sufridas. Esperamos que termine la formación y cantar el himno del Perú  y me encomendaron prender dos cartuchos de dinamita y con la detonación todos gritamos ¡Huelga!, ¡Huelga! exigiendo otro director y mejores condiciones para estudiar”, recordaba el exalumno que todos los años desfilaba durante el aniversario del colegio Independencia Americana.

GRUPO ALFEÑIQUE. Así como Gonzales, los líderes de aquella  huelga infantil fueron los exalumnos Luis Eduardo Podestá, E. Torres, Rómulo Chuquimia Arroyo, H. Cornejo,  Amado Paredes G., Boris Koseleff, Carlos Salas Núñez, Carlos Adahui y Alberto Álvarez, entre otros.

12 DE JUNIO. Con apoyo de sus padres, los escolares iniciaron la protesta a las 8:00 pidiendo la renuncia del director Zela Koort y un pliego de reclamos de 10 puntos que firmaron los estudiantes.

Los jóvenes tomaron el control del colegio y pedían inmediata atención a sus pedidos. El director del plantel pidió apoyo del prefecto de Arequipa, coronel del Ejército, Daniel Meza Cuadra, quien exigió inmediato levantamiento de la protesta o enviaría a militares a sacarlos del recinto educativo.

13 DE JUNIO. La población arequipeña supo de los motivos de la protesta estudiantil y apoyó a los escolares porque ya habían intentos para desalojarlos con orden de tirar a matar. La Policía de entonces separada en una Guardia Civil y Guardia Republicana recibían órdenes de sacar a los jóvenes y validar el principio de autoridad y esas acciones indignaba a la población.

El apoyo para los escolares por ejemplo fue que las  vendedoras del mercado San Camilo decidieron llevarles alimentos a los muchachos para que permanezcan en el colegio.

Mientras tanto, alumnos de la Universidad Nacional de San Agustín se reunían en una Asamblea General acordando dar el respaldo a los valientes escolares y también para iniciar una huelga indefinida contra el gobierno de Manuel Odría.

Finalmente y antes que la situación se escapara de sus manos, Meza Cuadra ordenó sacar por la fuerza a los estudiantes del colegio. Estos últimos se defendieron con piedras y palos frente al uso de la fuerza pública. No se pudo saber con exactitud cuántos fallecidos y heridos se tuvo en el lugar. Los alumnos llevaron a sus caídos a la Plaza de Armas donde fueron respaldados por la población.

14 Y 15 DE JUNIO. Este acto valiente de los escolares por defender sus derechos fue un motor que prendió la lucha de diferentes personas para exigir el retiro del expresidente y dictador Manuel Odría. En la Plaza de Armas se dieron enfrentamientos con la policía donde el obrero Narciso Chicata perdió la vida, luego de ser atacado con un sable.

Entonces, la huelga estudiantil concluyó para dar paso a una huelga indefinida de todos los gremios. Fueron llamados diferentes líderes políticos, el más destacado fue Francisco Mostajo.

La unión arequipeña fue digan de respetar, sin embargo, la orden de fuego y ataque llegó de Lima y ante el levantamiento de barricadas se respondía disparando a todo aquel manifestante.

Con el incesante sonido de las campanas llamando a insurrección, la Plaza de Armas una vez más fue escenario de un enfrentamiento civil. Había tiradores del Ejército en los portales que acribillaron a varios ciudadanos, también algunos civiles tuvieron que transformarse en tiradores para defenderse.

Ante la masacre que mató a más de 12 personas, hubo líderes que decidieron pedir dialogar en paz. Tras la renuncia del coronel Meza Cuadra asumió la jefatura militar el comandante Cardeña. Se nombró una comisión conformada por Arturo Villegas, Carlos Bellido, Arnoldo Guillén y Javier de Belaúnde. Para ello utilizaron un mandil blanco como bandera de paz. Cuando caminaban por la Plaza de Armas fueron alcanzados por ráfagas de disparos. Villegas y Bellido murieron acribillados mientras que Guillén y Belaúnde salvaron de milagro.

El gobierno de Odría pidió que levantaran la protesta inmediatamente o el Ejército ingresaría a sangre y fuego para reponer el orden. Finalmente la plaza tuvo que ser entregada para evitar la masacre de más arequipeños.