PERFIL. Gonzalo Chalo Rodríguez Burgos nació el 28 de julio de 1956 en Pacasmayo - La Libertad. Licenciado en Relaciones Industriales y Públicas por la Universidad Nacional de San Agustín, realizó estudios en Biología en la Universidad Ricardo Palma, Lima. Diplomado en Neuroeducación “Cerebro Lector” en Cerebrum. Integrante del Gremio de Escritores del Perú y miembro de Chapter Perú-Sociedad de Neurociencia, embajador cultural del Colectivo Cultural “Chile País de Poetas”. Actualmente conduce del programa “Aroma de libro”.
Si tuviera que retratar con palabras a don Chalo Rodríguez escribiría sobre la emoción y la alegría que refleja al momento de hablar no solo de poesía. En mi memoria queda la frase que pronuncia: No pierdas la emoción, hay que vivir, vivir con pasión. Si en tu vida y en lo que haces no hay pasión para qué estamos. Su gran espíritu y forma de ser hace que esta entrevista quede corta a comparación con todo lo que tiene por contar.
¿Es cierto que todos tenemos algo de escritores y poetas? ¿Y cómo automotivarnos? Mucho tiene que ver el entorno. Leer es una puerta hacia un mundo totalmente diferente porque al abrir un libro no sabemos hacia dónde pretende conducirte el autor. Todos tenemos una forma diferente de ver el mundo y uno tiene la obligación de escribir y contar lo que vive.
¿Es posible que las personas sientan la misma emoción que uno al escribir? Definitivamente, casi todos escriben su sentir en base a lo que viven. En mi caso escribo lo que siento y lo que viví, quien lo lea y diga que se trata sobre el valor de la verdad, bien, pero no fue esa mi intención. Cuando yo escribo, quiero trascender y quiero que me conozcan, me vean, pero sobre todo, quiero traducir lo que yo vi y sentí. Para mí eso es muy importante.
¿Por qué escogió la poesía y no otro género literario? La poesía me encontró a mí. No fue poesía con lo que inicié, comencé escribiendo historias cortas de una página, me veía incapaz de escribir 10 líneas sobre algo de corrido. Pero más adelante me fui dando cuenta que algunas cosas podían sonar como poesía y me fue gustando. Uno no debe esperar a que le suceda algo para escribir, aconsejo que escriban sus memorias, material riquísimo, y más aún en cada persona.
¿Necesariamente una poesía tiene que rimar? Jamás, es cierto que existe esa regla de cómo escribir una poesía al cual quise entrar, pero no era lo mío porque no lo sentía y no me gustaba. Mi poesía es libre y no tiene una cantidad de palabras o sílabas. La poesía es tuya, algo más personal. Trato de ser yo, la autenticidad es un ropaje que te hace más atractivo a las personas.
¿Es difícil poner título a los poemas? Es complicado, es casi como ponerle el nombre a un hijo, porque quieres que represente tu cariño o lo que pretendes que sea. Yo usaba algunos versos de diferentes poemas, por ejemplo “Lamento yerto en morral ajeno” son dos versos de dos poemas diferentes pero que combinaron. Las palabras muchas veces te van a buscar son como rompecabezas, resulta que vas armando y si cambias solamente la ubicación te da otra visión.
¿Alguna vez le tomó más tiempo buscar un título que escribir el mismo poema? Claro que sí (entre risas), a veces no es bueno etiquetar a las personas lo mismo sucede en el poema.
¿Cuál es el poemario que más tiempo le tomó escribir? El primero “Es lo que tengo es lo que doy” (2017), me demandó más tiempo porque quería que sea perfecto, no puedes decir “hasta aquí”, siempre se quiere remodelar o como Borges decía: hay que dejar reposar.
¿Cómo ve la situación de la poesía en Latinoamérica? A la poesía la vistes y la desvistes, puedes montar una escena en un granito de arena, puedes modificar el mundo que te acecha o aplasta y reconvertirlo; y puedas ver en un pantano la hermosura y no el resto. En el Perú hay muy buenos poetas jóvenes, pero en comparación con organizaciones de Chile o Argentina la distancia es grande y bien marcada.
¿Qué les diría a los jóvenes que tienen ganas de escribir y no se atreven? Ustedes jóvenes tienen la responsabilidad de contar el mundo que está viviendo porque es irrepetible, no dejes que nadie te diga que tú no puedes. Joven, puedes hacerlo porque el mundo que tú ves no lo ven otras personas ¡Hazlo! Y no esperes a tener mi edad para recién comenzar.