Bodas de Oro del Ballet Unsa

 El grupo folklórico de la primera casa superior de estudios de Arequipa el 21 de noviembre cumple medio siglo llevando la cultura peruana al mundo



Libertad Merma Torres
redaccion@diario-viral.com


Pablo Enrique Ortiz Martínez lleva a flor de piel el deleite de ser director del Ballet Folklórico de la Universidad Nacional de San Agutín (Unsa), al entrevistarlo, regresa a esos recuerdos de cuando hizo casting para ser bailarín a sus 20 años, dice que su emoción se resume en que junto a su equipo se convirtieron en embajadores de llevar la cultura peruana al mundo y exponer ¿qué es el Perú?, a través de la danza.

¿Cómo fue su primer acercamiento al ballet? Por casualidad, mirando Festidanza en 1971 quise bailar en un grupo. Yo entré al ballet en 1975 como bailarín, tenía 20 años, primero intenté hacer casting en la Universidad Católica de Santa María y allí me dijeron que la  fundadora del ballet Lucy Abarca Valencia necesitaba gente. La contactamos y con una amiga fuimos al Teatrín de la Cultura de radio Universidad. La señora Lucy nos citó un sábado e ingresamos por casualidad y ahora soy el director.

¿Cómo nació el ballet? Lucy cuenta en un libro  “De un sueño a la realidad” que todo fue a raíz de Festidanza que en 1971 tuvo un gran éxito, pero ese año no hubo representación de Arequipa, eso motivó a la señora Lucy que elabore un proyecto de crear un ballet y presentó la propuesta en noviembre de 1971 a la Oficina de Proyección Social que dirigía José Zuzunaga Briceño, a quien le propuso formar un grupo artístico de universitarios que practiquen folklore y representen a la universidad en eventos. La idea fue aceptada inmediatamente, ese año inició todo este trayecto que este año nos lleva a las Bodas de Oro.

¿Qué dificultades tuvieron al inicio de la fundación del ballet? Primero decir que tuvimos mucha captación de alumnos, era una euforia participar en festivales, la única dificultad era tener vestuario para todas las danzas. La señora Lucy tenía que adecuar las vestimentas, arreglaba las blusas, faldas o pantalones. En esos inicios carecíamos de presupuesto.

¿Con cuántos bailarines iniciaron? En la primera convocatoria de 1971 hubo  238 alumnos que participaron del casting, de allí se quedaron 100 y luego 70. Después se iban cuando acababan sus carreras. Pero, ahora incluso egresados pueden seguir bailando hasta que sus tiempos así lo dispongan. Yo permití que sigan porque son bailarines experimentados que pueden enseñar a los nuevos. 

¿Qué siente al dirigir a un ballet con 50 años de trayectoria? Me siento muy orgulloso de haber ingresado como bailarín, luego ser asistente, ganar la confianza de la señora Lucy que me dejó la posta de la dirección y yo ahora continúo dando el mismo cariño, ímpetu y ganas. Estoy  orgulloso de dirigir el Ballet de la Unas, quizá  en el Perú o la ciudad no nos consideren artistas; pero en el extranjero nos tratan como un rey, valoran lo que hacemos. Somos embajadores de cultura y del folklore. 

¿Qué debemos sentir los arequipeños por el ballet? Deberían sentirse orgullosos porque lleva el nombre de Arequipa y el país al mundo. En otros países recibimos muchas felicitaciones. Los integrantes se sienten orgullosos de conocer otras culturas.

¿El ballet está abierto a todos los agustinos? Claro que sí, todos pueden pasar un casting. Le digo no tengan vergüenza y cultiven el arte, la música, el teatro, el canto. La universidad les ofrece participar en todas las variedades del arte. Los invitamos a participar para conocer otras culturas.