Altos índices de ausentismo

En Arequipa el porcentaje de inasistencia fue alto y en el sur el promedio de participación ciudadana está por encima del 75%. Analista señala que esto pasó por la pandemia y cansancio político


Arequipa. El conteo de los votos para la elección del nuevo presidente del Perú cada día se cierra en favor de Pedro Castillo. Hasta el cierre de esta edición el líder del lápiz contaba con el 50.216% del electorado. Mientras que Keiko Fujimori continuaba en la lucha con el 49.784%; con una diferencia de más de 75 mil votos. Esto con el 99.998% de las actas contabilizadas. Y aunque muchos piensan que el ausentismo, que sobrepasó el 25% esta vez, les jugó una mala pasada, para el analista político Jorge Bedregal La Vera la realidad es otra: la pandemia y el cansancio de la ciudadanía que no se siente representada solo por el voto.

AUSENTISMO. De acuerdo a la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) la población electoral para el proceso actual era de 24.9 millones y algo más. Mientras que el número de peruanos que asistió a emitir su voto fue de 18.6 millones. El porcentaje de ausentismo en este caso llegó hasta 25.3%. Se trata de ciudadanos que decidieron no acudir a las mesas de sufragio ya sea por trabajo, salud o porque simplemente no quisieron hacerlo.

La cifra de ausentismo de este proceso electoral es histórica. Y es que en las elecciones pasadas no fue tanto. Aunque no se puede negar que cada cinco años ha ido aumentando. En 2006 el 11.29% de la ciudadanía no fue a votar, en 2011 fue el 16.3% y el 2016 creció hasta 18.2%.

Este año, el ausentismo creció de manera vertiginosa. Solo durante la primera vuelta del pasado 11 de abril el 29.9% de los electores, es decir casi un tercio no acudió a las urnas. Aunque para la segunda vuelta se redujo no deja de ser un número muy grande de votos perdidos.

FACTORES. El analista Bedregal La Vera señala que este fenómeno se puede deber a dos factores: primero la pandemia y luego la falta de interés y cansancio de la ciudadanía, que no se siente representada con solo el acto de votar.

Bedregal explica que el primer factor pesó mucho durante este proceso electoral. “Primero señalar que me asombra que el ausentismo no haya sido del 30%. Hay que tomar en cuenta que mucha gente no puede volver a sus regiones. Es bien osado pretender venir a Arequipa de vacaciones solo para votar, por ejemplo. Tengo un amigo que sacó a su madre para llevarla a una playa por el terror del contagio en Arequipa. Sin duda la pandemia ha impedido que muchos salgan a votar, y en especial los viejitos, que eran siempre los primeros en ir a cumplir con el deber cívico”.

“Aunque por otro lado me enteré de una historia distinta. Donde una amiga llevó a dos abuelitos a votar porque supuestamente lo harían por Keiko. Ya en la noche ellos estaban contentos porque estaba ganando Castillo. Como vemos en algunos casos no salen por voluntad y en otros porque no los dejan”, agrega.

El otro factor por el que muchos peruanos no fueron a votar, indica Bedregal La Vera, es la decadente confianza de la ciudadanía en la clase política. “Creo que el tema está en la representación política. Desde las zonas más urbanas hasta las más recónditas del mundo rural no se sienten representadas por los políticos. El sistema político está en crisis desde hace mucho, lo vengo diciendo desde hace 30 años. Antes éramos orgullosos de mostrar el sticker en la libreta electoral por ir a votar. Ahora ni eso, muchos no piensan que el voto sea suficiente”, añade.

Además de eso, en las últimas dos semanas de la contienda electoral la ciudadanía pudo haberse sentido cansada del bombardeo político. “Es increíble lo desesperados que estaban”, puntualiza.

También hay otros alicientes para no ir a votar que tuvieron los electores: “Por un lado, un profesor con manifestaciones algo deslucidas, simpático pero no convence. Y por el otro, una mujer que representa una dinastía de mala recordación”.