Tres veces Pedro (Barreto)


Oscar Ordoñez Salazar
oordoñez1@hotmail.com

A pulso los jesuitas se han ganado la marca de ser la congregación más progresista y con mayor compromiso social de la iglesia católica. Pedro Barreto, actual cardenal del Perú, es uno de esos jesuitas que sabe poner los puntos sobre las íes cuando la frase no solo está mal escrita, sino que esconde errores de concepto.

Recogiendo la inmensa incertidumbre y la alta percepción de riesgo que vive y siente ese 70% de peruanos que en primera vuelta no votaron ni por Castillo ni por Keiko, hace 2 días hizo firmar a ambos candidatos una PROCLAMA CIUDADANA que contiene, como dice él, los doce mínimos de democracia que una sociedad republicana no debería de perder. Es más, no solo los hizo firmar, los hizo jurar al pie de la bandera.

No se trata de un compromiso político más que se firma y no se cumple. Este es un instrumento que el buen Pedro le entrega a la ciudadanía para que, más allá de por quién vote y de quién gane, sea capaz de vigilar su cumplimiento y ejercer con fuerza y convicción democrática una garantía social a favor de los derechos, las libertades, el equilibrio de poder y la convivencia pacífica; y en contra de la corrupción, la intolerancia, la exclusión y la ingobernabilidad.

El cardenal peruano asumió riesgos y ha hecho visible el peso de la iglesia en circunstancias socialmente adversas y con inminente peligro de polarización extrema y conflicto social. Se eleva por encima de la confrontación de alta intensidad y baja calidad que se ha desatado entre los seguidores y perseguidores del fujimorismo y el castillismo.

“La esencia de la política es la búsqueda del bien común”, ha sentenciado el jesuita. Un principio de acción ciudadana que aún nuestra clase y cultura política son incapaces de promover: Alinear  al estado, al gobierno, a la empresa, a la ciudadanía y a nuestra democracia con el propósito de servir al hombre a través de una política más humana, más digna y más útil… que promueva una distribución justa de la riqueza entre el capital, el trabajo y el territorio. 

Te has arriesgado Pedro, algunos te podrán llenar de epítetos y calumnias, pero nos has devuelto la ciudadanía y la inteligencia que habíamos extraviado en el insulto y el adjetivo irracional.