La población exige cambios
Estamos otra vez en la recta final. En treintitrés días más, nuevamente la población electoral volverá a las urnas para elegir a la persona que conducirá el gobierno peruano en los siguientes 5 años.
Después del debate presidencial y mientras los candidatos hacen llegar sus propuestas a la población, un nuevo ingrediente se ha sumado a la campaña. La ingente campaña de sectores interesados que buscarían proteger sus bolsillos y no dudan en emiten mensajes lejos de la verdad creando imágenes deformados, seguramente para mantener el status quo de los últimos 30 años. En ese recorrido, intentan quebrar la conciencia social, dirigir la opinión pública, acusan para generar miedo y presentan imágenes de un Perú como sinónimo de paraíso social.
Igualmente, presentan a personajes con dudosa calidad moral que en su momento fueron observados por la justicia y la historia; utilizan a algunos medios para dirigir los mensajes que nos recuerda el estilo “montesinista”; inundan las redes con publicaciones intimidatorias pero sin presentar prueba alguna.
¿Así se construye la democracia del Perú? ¿Dónde quedó el derecho a la igualdad, a la información, a la misma oportunidad para todos? ¿Qué fue de las pruebas, la verdad, la educación, el respeto a la población, la construcción de la sociedad del conocimiento?
Si hacemos un análisis de los resultados de las elecciones del 11 de abril, comprobaremos que más del 50% de la población electoral votó por el cambio. La población exige mejoras en la política económica del Perú, condena la corrupción, rechaza la manipulación, clama por justicia. La ciudadanía invoca a ser considerados como seres humanos y no solo como números o ninguneados; piden que se reduzcan las brechas sociales, nuevas oportunidades, salud, educación, vivienda, pero, sin discriminación.
Quién atienda el clamor de la población y de muestras efectivas de cambio y no haga promesas falsas e irrealizables, van a conseguir el apoyo popular.
Tampoco se puede hablar de una “dictadura democrática”. Ningún grupo político tiene mayoría absoluta en el Congreso y para aprobar cualquier cambio tendrán que dialogar. La actual Constitución es clara y no permite cambios radicales.
Estamos en una nueva sociedad que no reconoce divisiones, que no alienta el fraccionamiento en izquierdas, derechas, ni centros. En todos esos sectores, hay personas identificadas con las necesidades sociales que luchan por iguales derechos para todos. El globo terráqueo es nuestra única casa y los efectos del calentamiento global y el riesgo de la vida afecta igual a las diferentes áreas. Es tiempo de aprender la lección del coronavirus que ataca sin discriminación.
Quienes insisten en generar mensajes deformados, pueden generar una reacción disruptiva de la población electoral sobre todo de los jóvenes al momento de la votación. Ellos también serán responsables del futuro del Perú.
La mejor manera, es decir los hechos como son, para que la población tome la mejor decisión.
