Esther Iturriaga decidió emprender hace 13 años y hoy es parte de la feria de calzado ubicada en la plaza España.
PERFIL. Esther Iturriaga Núñez tiene 60 años, es natural de Arequipa, y desde hace 13 años, junto con su esposo, decidió iniciar su propio negocio de producción y venta de calzado; con ello sacaron adelante a su familia. Esther es una mujer emprendedora y arriesgada, fue complicado abrirse un espacio en el mercado arequipeño, pero no se rinde. A Eshter le gusta pasar tiempo en familia, al menos una vez a la semana se reúnen. La pueden ubicar a través del correo: calzadojireh@gmail.com
Cercado. Hasta hace unos 13 años, Esther Iturriaga Núñez se dedicaba a la venta de ropa y calzado, luego se dio cuenta que era tiempo de iniciar su propio negocio. Pide al próximo gobierno promover más oportunidades para las mujeres para que surjan y emprendan.
¿Cómo ingresa en el rubro de calzado? Mi esposo es el que hace el calzado, él los arma y yo lo vendo en la feria.
¿También aprendió a fabricar? Yo sé todo el procedimiento, cómo se arma, desde el cortado, el aparador del modelo y mi esposo arma el calzado en una horma, les doy el último toque, plantilla, número, embolsado y retoque final.
¿Quién tomó la iniciativa? Los dos juntos emprendimos esto, yo siempre salgo a vender, mi esposo se encarga del taller.
¿Antes a qué se dedicaba? Siempre me dediqué a la venta de calzado, trabajaba en una tienda bien conocida, creaciones Ramírez, después de eso me gustó y con mi esposo empezamos. Él también estaba en el rubro, armaba para una empresa particular y desde que dejé de trabajar, empezamos armar para nosotros.
¿Cuánto tiempo llevan en el rubro? 13 años como emprendedores y unos 6 o 7 años trabajaba para otras personas.
¿Qué la impulso a crear su propio negocio? Nosotros teníamos ideas de cómo hacer calzado, él sabía armar y yo vender, nos preguntamos: ¿Por qué no hacemos una empresa?, entonces empezamos abrir camino. Pero fue un poco difícil porque el campo es mínimo, estas ferias nos ayudaron bastante porque damos a conocer nuestra marca.
¿Cómo fueron los primeros años? Iniciamos con un préstamo, luego tuvimos que salir, primero fue con unas pocas docenas hasta conseguir clientela. Ahora llegó la pandemia y tuvimos que parar la mano porque ya no había mucha venta. Ha bajado bastante y en la feria también, la gente ya no tiene dinero para comprar el calzado, porque no es primera necesidad. Por eso, los damos a precio económico, con una ganancia mínima.
¿Cuántos meses dejaron de producir? Casi un año, porque recién empezamos en diciembre (2020) en estas ferias itinerantes. Es más, la pandemia se inició en marzo justo en la campaña escolar, nos dejó con el calzado, ahora hemos tenido que repotenciarnos para empezar de nuevo.
¿Tenían un local? Distribuíamos, no teníamos local, otros compañeros sí tuvieron que cerrar el que tenían porque no podían pagar el alquiler. Ahora quizás tengamos que volver a esperar hasta que haya otra feria.
¿Cuánto afectó en casa? Tengo 2 hijos mayores, ya están casados, pero trabajamos para nosotros, es nuestro sustento.
¿Qué otros retos se presentaron? Nosotros hacíamos puro calzado de vestir, pero este último año no salía mucho porque por la pandemia la gente empezó a usar más zapatillas. Entonces confeccionamos calzado deportivo para varón y dama para ampliar nuestro mercado.
¿Para niños también? Solo para adultos, para niños tal vez posteriormente en sport, pero vamos a esperar un poco más, quizás para Navidad. Es un proyecto para más adelante, es que también demanda tener otras herramientas, como hormas, es un gasto adicional.
¿Cuánto les afecta los zapatos importados? Fue un poco difícil porque ese zapato importado sintético es más económico, entonces es una competencia desleal, no dura y hace daño a los pies, pero a veces por necesidad compran ese calzado.
¿La calidad nacional es mejor? Todo producto nacional es cuero, no hace transpirar, los importados tienen bonitos modelos, pero todo sintético, puede salir hongos y rápido se malogran.
¿Creció la demanda por calzado nacional? Un poco, especialmente la gente adulta, los jóvenes todavía no, porque ellos ven solo la moda. Siempre innovamos modelos, especialmente para damas, son más meticulosas, en cambio el varón es más clásico.
¿Hay apoyo del Gobierno al sector? Debería apoyar a la empresa nacional, ahora lanza programas sociales, pero no ayudó a todos, el Gobierno debe dar más elasticidad en cuestión de pagos a la Sunat.
DETALLE. María Alejandra también es aficionada a la repostería. En sus muy cortos espacios libres le gusta realizar alfajores, tortas, chocolates que a veces vende.