Entre la vida y la muerte

Las personas que saben que morirán se arrepienten de sus errores cometidos. Las mujeres son más fuertes cuando están hospitalizadas.





Yorch Huamani
redaccion@diario-viral.com


“Las personas cuando ingresan a una cama UCI y saben que morirán, se arrepienten de sus errores en los últimos minutos de su vida porque quieren irse en paz”, dice Yvethe Quiro Carrasco. Ella es enfermera técnica en el área de hospitalización de una clínica privada de la Ciudad Blanca. La pandemia por el coronavirus le abrió las puertas para crecer profesionalmente y darle estabilidad económica. A continuación, nos detalla su experiencia laboral y personal desde que inició la pandemia.

¿Qué te motivó estudiar enfermería? Siempre quise ser licenciada en enfermería, estudié saliendo del colegio, pero en ese momento no había dinero y opté por algo rápido y escogí ser técnica en enfermería. Luego estudié tecnología médica, pero no concluí por falta de dinero. Siempre quise estudiar desde niña una carrera relacionada a la salud porque me gusta ayudar a las personas.

¿A qué te dedicabas antes de la pandemia? Era asistente en un centro de nutrición, pero cuando empezó la cuarentena nos quedamos en la calle y opté por ejercer mi segunda carrera de enfermería. 

¿Cómo iniciaste tus primeros trabajos? En junio del año pasado (tasa de altos contagios en Arequipa) solicitaban enfermeras y no había, entonces una amiga me dijo si podía trabajar cuidando pacientes Covid, entonces como yo me contagié, acepté. Fui a trabajar por turno de doce horas seguidas.  

¿En qué consistía tus labores? Cuidar pacientes, pero no solo eso, porque cuando es Covid te comprometes a muchas cosas más como, por ejemplo, que cumplan con la medicación y las indicaciones del médico. Las personas que pedían los servicios eran bien posicionadas económicamente. 

¿Cómo ingresas a laborar a la clínica? Inicié hace cinco meses, por la segunda ola solicitaron enfermeras con experiencia en cuidados a pacientes covid, entonces entré porque ya tenía experiencia. Me enviaron de frente a hospitalización. 

¿Tenías miedo? No tuve miedo a la enfermedad, sino a lo económico, porque como todo se canceló. Por ejemplo, la empresa que trabajaba cerró y nosotras estábamos en el aire. Más era el temor económico y de dónde vamos a generar ingresos. Esa fue la motivación para trabajar, durante el proceso de atender pacientes con Covid. Sobre todo, para aprender más.

¿Cómo es tu trabajo en un hospital Covid? Es cansado, son turnos de 24 horas, pero cuando empecé vi que los licenciados (enfermeros) y médicos, entran, hacen su trabajo y se van, pocos son los que interactúan con los pacientes. Para mí eso no es suficiente. Me gusta ayudar, me siento empática con las personas, no veo la salud como un negocio. 

¿Cuál fue tu momento más difícil? Mmm (recuerda todas las escenas dolorosas mirando al techo) … ver a las personas fuertes, sanas antes de entrar al hospital, incluso ingresaban con dos litros de oxígeno, pero pasan dos días y están con una máquina de 40 litros y su vida se va apagando, cuesta ver cómo la vida termina en un segundo. Esta enfermedad (coronavirus) mata lentamente porque se sufre desde el comienzo. A los pacientes les asusta cuando el médico les dice que entrarán a UCI y ahí se despiden. 

¿Te contaban algo los pacientes? Sí, su temor era no volver a salir, ellos entran inconscientes. Es muy triste porque los pacientes ya saben que van a morir, en su rostro se nota el dolor y miedo, muy aparte del esfuerzo que hacen para respirar. Algunos se arrepienten de sus errores, otros esperan que su esposa le perdone. Creo que se acuerdan de todo lo malo que hicieron en vida y se arrepienten a última hora, por eso nos convertimos en un guía espiritual porque esas personas necesitan irse en paz y lo que hago es rezar por ellos. 

¿Los médicos y enfermeros comprenden el dolor? Los doctores y licenciadas (enfermeras) solo entran y se van, pero las técnicas son los que estamos ahí e interactuamos con los pacientes, no todos.  Yo les doy de comer como si fuera mi hijo o una hija y si no tienen apetito, les ayudo para comer, porque yo también quiero que me atiendan así. 

¿Qué te causó más dolor? En lo personal me dolió ver pacientes morir. Por ejemplo, un paciente mexicano no tenía a nadie aquí, él donó su ropa, al día siguiente en mi guardia murió. Me chocó ese caso porque sabían que iba a morir y decía que rece por él (paciente) y que quería conocer a su nieto. 

¿Viste alguna familia entera hospitalizada? Sí, en enero entró una familia, estaban los abuelos, los padres, los hijos, todos en diferentes pisos, una hija se fue a UCI, el papá murió, la señora estuvo tres semanas internada y murió. Era muy triste porque no tenías a quién llevar la información y decirle que falleció porque estaban hospitalizados.

En tu experiencia, ¿dónde crees que se contagien los pacientes? En las fiestas y reuniones, tuve un caso de una señora que se hospitalizó con dos litros de oxígeno, y sus pulmones estaban dañados en un 5% y en cuatro días murió. Lo más triste es que murió después de su cumpleaños, o sea, ella se contagió en su cumpleaños y como dicen le llevaron de regalo el virus. 

¿Qué piensas cuando la gente no cree en el Covid? Me da cólera, me da impotencia porque cuando subo a una combi veo a personas que no deberían salir y están en la calle, además que no utilizan la mascarilla como debe ser, no mantienen la distancia.

DETALLE

Yvethe: “Ser una enfermera es ser una persona empática porque nos convertimos en hijos, hermanos, padres, madres y eso doy a mis pacientes”.