Carmen y su familia vencieron a la adversidad con trabajo duro, creatividad y buena sazón
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El restaurante Rambo, es conocido como uno de los mejores del valle de Majes, en la provincia de Castilla. Carmen Cuello Riveros lo fundó en 2007 junto con su esposo, Julio César Zúñiga Cheneaux. Desde ese momento han crecido a tal punto que a su mesa se sientan para disfrutar de su sazón lugareños y turistas que llegan a visitar el valle y otros lugares turísticos de la provincia.
Carmen cuenta que el restaurante empezó como un pequeño negocio para poder completar los gastos del mes. Ella era profesora de inicial en el colegio de La Central. Allí con el amor por la enseñanza y su pueblo logró gestionar la construcción definitiva del centro inicial.
Los que la conocen y fueron sus estudiantes la recuerdan como una maestra activa y paciente, que enseñaba las primeras vocales y a contar los números a sus pequeños alumnos. Sin embargo, al nacer su segundo hijo vio que el sueldo de maestra no le alcanzaba, así que intentó un negocio.
Qué mejor que poner un restaurante. Carmen siempre gustó de cocinar y su esposo e hijos ya conocían su buena sazón. Se animó y abrió el restaurante “Los gemelos”. Su esposo, y su hermano gemelo, eran bien reconocidos en la zona. Pensó que de esa forma lograría atraer clientes.
Sin embargo, este nombre no pegó mucho, sobre todo entre su familia. Así que recordó un apodo que era muy bien conocido de su esposo y su cuñado: “Rambo”.
“Cuando eran jóvenes salían a bailar a las discotecas de Aplao. Y allí siempre terminaban en riñas con chicos de otros lugares. Se creían de todo. Así que mi cuñado se autodenominó Rambo, como una forma de amedrentar. Desde ahí los conocían de esa forma”, cuenta Carmen.
El nombre de “Rambo” o “La Rambo” se hizo conocido rápidamente. Sumado a la buena atención y la rica sazón de Carmen, el restaurante creció.
Poco a poco fueron incrementando mesas y hasta un segundo piso. La cocina de Carmen es grande. Allí junto a sus hijos: Carol, Billy y Aron, preparan los mejores platos que el valle puede ofrecer con sus productos: chupes, ceviches, arroz chaufa y arroz con mariscos, cuy chactao, chicharrón y muchos otros. También hay pisco y vino hechos en la propia falca -alambiques- de Carmen.
Pero no todo ha sido bueno. Como a todos, la pandemia del Covid-19 golpeó el negocio de Carmen. “Tuvimos que dejar de atender. De un día para otro ya no teníamos clientela. Estuvimos así durante la primera ola. Pero no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Como tenemos horno empezamos a hacer pan”, narra.
Carmen anunciaba sus panes por medio de su página de Facebook “Cevichería Rambo”. Así pudieron paliar un poco la crisis. Cuando se permitió la reapertura de su negocio empezó a hacer deliverys en todo el valle. Como su comida ya era conocida no ha tomado mucho tiempo para repuntar. “Aunque no es igual que antes, el negocio sigue golpeado”, manifiesta.
Carmen y su familia seguirán adelante. Solo hay que ver las fotos de su página en redes sociales para darse cuenta. No solo podemos ver los platos que preparan y hacernos agua la boca, sino también ver su vida en el campo y cómo preparan su comida y celebran la vida.
DETALLE
“Rambo”, apelativo que de jóvenes usaban su esposo y el hermano de este más la buena sazón, fue la punta de lanza para iniciar un próspero negocio.