De la humilde devoción en un paraje desconocido de agricultores y arrieros a una devoción nacional e incluso fuera de las fronteras del país. Sus fieles devotos donaban vestidos, mantos y su lealtad.

Redacción: Libertad Merma Torres
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Quien no conoce o estuvo en el santuario de la Virgen de Chapi en Polobaya y fue arrebatado por la belleza de su imagen y lo desértico pero a la vez misterioso lugar que llama a la reflexión y la oración. Sin embargo, hay aspectos desconocidos para muchos sobre la historia y origen de la devoción a esta advocación mariana.

ORIGEN DEL NOMBRE. Uno de los fieles devotos de la Virgen de Chapi desde su niñez es Jaime Herrera Valencia, quien cuenta que el sacerdote Alberto Clavell investigó que el nombre de Chapi proviene de la voz nativa que denomina así a los cactus que hay en abundancia y variedad en Polobaya, por lo cual no estaría fuera de lugar llamarla la virgen del cactus o espino.

Aunque también algunos historiadores señalan que la palabra Chapi proviene de las expresiones en quechua “Chaypi, Chaypi”, “Chajchay llallápi” y “Chaj llallápi”, que significan “Aquí nomás”, “Aquí, aquí”, “Hasta aquí”. 

DEVOCIÓN ANTIGUA. El investigador y periodista Dante Zegarra López y Jaime Herrera Valencia obtuvieron información sobre lo que contaban los antiguos residentes de Polobaya sobre el culto que le tributaban los indígenas de la quebrada de Chapi que provenían del pueblo Puquina de Moquegua.

Ellos la honraban con sus bailes ataviados de cóndores con plumas negras, los datos coinciden también con las investigaciones del sacerdote Alberto Clavell y el canónigo arequipeño Leónidas Bernedo Málaga quienes describieron que la devoción de los indígenas tenían diversas curiosidades como algunos mantos de plumas tradicionales con los que vestían a la virgen. También los habitantes tenían la costumbre de adornar a la imagen de la virgen colgando de su cuello pequeñas botellas de porcelana conteniendo perfume extranjero.

Además se encontró un documento a modo de crónica de 1884 que informaba por medio de un personaje no identificado lo sucedido en el santuario de la virgen. La descripción era minuciosidad de lo que sería el inicio del auge de tan grande devoción y coincide con los datos obtenidos por el sacerdote Clavell.

LUGARES DE CULTO. La primera ermita (iglesia pequeña) donde recibió culto la Virgen de Chapi fue en el paraje llamado capilla vieja situado a media hora a pie del actual santuario. Esta ermita actualmente fue reconstruida respetando su aspecto original. 

Luego vino el traslado  de la imagen a lo que sería su segundo lugar de culto, hoy está desaparecido y se ubicaba en el lado derecho de la entrada de la actual iglesia de sillar y bóveda.

“El personaje de la crónica encontrada de 1884 relata su visita a este lugar y fue sorprendido por la belleza y dulzura de la virgen por lo que se compromete a mejorar el lugar de culto y otros devotos que acudían a la fiesta quisieron construirle un lugar más adecuado para ella”, narra Herrera Valencia.

En la crónica también se cuenta que algunas personas del lugar y otros foráneos desvirtuaban el significado de esta celebración religiosa  al organizar bailes y consumir bebidas alcohólicas, pero con apoyo de los devotos, de frailes franciscanos y los primeros administradores espirituales del santuario erradicaron dichos  excesos.

El tercero lugar de culto sería el templo que fue dañado seriamente por el terremoto del 2001 y que fuera también un símbolo de la devoción de los arequipeños a la Virgen de Chapi. 

CONSTRUCCIÓN. La devoción a la virgen fue en aumento a raíz de la aparición de agua en el desierto de Polobaya cuando construían el tercer templo y los milagros que Dios concedía por intersección de la Virgen Candelaria de Chapi. Por lo que esa fe permitió construir el templo solo con las limosnas de los fieles.

Además, para mejorar el piso, cuenta Herrera, se hizo trato con una empresa para que fabricara las losetas para cubrir el suelo del templo y se pidió a la población por campañas en medios de comunicación  ayudar a pagarlas.

“La respuesta fue masiva viéndose casos emocionantes de fe, como el de una ancianita que desde Socabaya vino cargando sobre su espalda seis losetas para la casa de la virgen entregándolas humedecidas de su sudor y así como este caso se dieron muchos, por eso ante la posibilidad de mejorar el piso por algo más fino el sacerdote Francisco Peña Cárdenas, gran impulsor de la devoción y tradiciones del santuario, manifestó su oposición, contando el origen de estas humildes losetas le daban más valor que si fuera de oro”,  narra Herrera Valencia.

Con el incremento de la devoción a la virgen recibía visitas multitudinarias en febrero, 1 de mayo, 8 de setiembre y 8 de diciembre. 

SERMÓN Y FIESTA. Dentro de estas celebraciones, el sermón de bienvenida en el santuario era un acto muy íntimo con los peregrinos, en el cual el orador escogido recibía a los fieles devotos que llegaban empolvados y cansados al pie de la virgen. Este sermón se daba desde la noche del 30 de abril, luego de la procesión de bienvenida que se tenía el día previo al 1 de mayo. 

Otro acto tradicional y entrañable era la visita al camarín de la virgen donde las largas colas de fieles pasaban delante de la imagen sagrada con ojos dulces y consoladores.

Hasta el 2019, el día de la fiesta del 1 de mayo tenía una misa principal que era presidida por el arzobispo de Arequipa y luego la procesión de despedida dónde los fieles varones y mujeres pugnaban por cargar o tocar aunque sea un corto tiempo las andas de la virgen o su traje.

Al final de la fiesta religiosa se realizaba el sermón de despedida, el momento quizá más emocionante e íntimo en medio de una enorme cantidad de peregrinos, pues el diálogo de cada uno con la virgen se convertía en algo personal.

“Recordando con nostalgia este sermón muchas veces escuchamos al sacerdote hablarle a la virgen representada en esta hermosa imagen en nombre de todos, diciendo el sacerdote: ¿cuántos de nosotros ya no te podremos ver el año que viene a la virgen? y terminaba dándole un beso en nombre de todos los peregrinos.

AJUARES BENDITOS. El investigador, Dante Zegarraq López, explica que la indumentaria y corona de reina con la que visten  a la Virgen María comenzó a partir del siglo XVI. Los reyes y nobles empezaron a regalar sus mantos y ropas a las imágenes. 

Asimismo, Jaime Herrera Valencia explica que los ajuares que tiene la Virgen de Chapi fueron regalados por sus devotos y mayormente confeccionados por religiosas de clausura quienes escogían los tejidos más finos, como el lino y encajes europeos que eran tejidos a mano y para las exteriores como son el manto y la saya o túnica usaban el terciopelo, la seda y el raso francés y otros brocados tejidos en oro, plata y sedas de procedencia europea.

“Así se vestía a nuestra Virgen de Chapi la labor la realizaban sacristanes y devotos. Se guarda recuerdo de una dama que hacía el largo y empolvado periplo de Arequipa a Chapi para vestir y cuidar de la imagen como fue la señorita Anita Polar Ugarteche y luego esa responsabilidad fue encomendada a Eva Valencia quien tenía un riguroso cuidado para vestir a la virgencita”, narra Herrera Valencia quien es sobrino de Eva. 

La forma de vestir a la virgen era colocar sobre sus ropas interiores la saya o delantal bordados en hilos de oro y plata adornados con piedra de engaste y ajustado con un cordón de hilo metálico. Luego se colocaba el manto igualmente bordado y sobre el pelo que lleva la imagen. Esa cabellera en los primeros años era de hilos de seda pasando ya posteriormente a ser confeccionadas de pelo natural que era donado por cientos de fieles devotas que hacían crecer sus cabellos para donarlos a la virgen. Las monjas de clausura de varios monasterios de Arequipa le hacían su peinado con rulos.

La virgen también con coquetería femenina porta aretes o pendientes de diferentes metales y piedras preciosas, regalados igualmente por sus devotos. En su cuello se le adornaba con finos collares y sobre su cabeza la corona de metales finos símbolo de su realeza. Similar cuidado recibía la imagen de Jesús Niño que porta en su mano izquierda también con túnica bordada en tejidos finos y pequeña cabellera también de pelo natural.

Otros adornos que lleva la imagen son el cirio en la mano derecha y pendiente de su muñeca la cesta con las palomas que según la ley de Moisés debía presentar la madre para rescatar a su hijo como ofrenda al Dios de Israel.

“Durante el aumento de la devoción a la virgen fue acumulando muchos objetos preciosos como mantos, sayas, coronas, aretes, collares y varias joyas para resaltar su celestial belleza y realeza. El amor de sus hijos es grandioso porque le agradecen los milagros que ella ayudó a cumplir con su intercesión y cuidado de madre”

También la virgen porta condecoraciones que le entregaron diferentes autoridades, instituciones como la Fuerza Aérea del Perú que le entregó “Las Alas de Oro” y la presea más valiosa que tiene es la corona que ella y el niño Jesús recibieron de manos de San Juan Pablo II en ocasión de su visita a Arequipa en el año 1985.

La hermosa y querida virgen cada 1 de mayo luce un traje especial para recibir a sus devotos que este 2021 mantendrán su fe desde casa y ella desde el cielo mandará bendiciones cuando visite Arequipa viajando en helicóptero.

DETALLE. De rodillas, cargando piedras, entregando donativos llegaban los creyentes cada 1 de mayo al santuario de Chapi. Hay miles de milagros agradecidos. 

BENDICIÓN DESDE EL CIELO. Desde el 2020, miles de familia no pueden viajar a Chapi a visitar a su amada virgen. Este año, la sagrada imagen bendecirá a los arequipeños desde el cielo gracias a la gestión del Arzobispado de Arequipa que tuvo el apoyo de la empresa minera Cerro Verde para trasladarla en un helicóptero. La mamita recorrerá cada distrito desde el mediodía.