Nacido para el arte

Martín Gamero lleva en el sector educación más de 50 años, además es un artista arequipeño nato



Lleva el arte en la sangre, el profesor Martín Gamero Torres recuerda que cuando postuló a la escuela de artes, eran unos 15 y la mayoría no sabía de arte, él los ayudó, pero después conforme avanzaban las clases, iban desertando. El artista no se hace, nace, dice Gamero, quien lleva más de 50 años trabajando por la educación.

¿Desde hace cuánto trabaja en el colegio del Ejército? Desde 1970.

¿Qué lo llevó a trabajar en la institución? A través de un proceso, pero fue algo anecdótico. Por mi especialidad de artes tenía que cubrir mis horas en otros centros educativos, entonces, el general me planteó que me quedara también en la parte administrativa, y así ya no tenía que ir a varios colegios. Después me quedé a tiempo completo y comencé a manejar los tratados con la Gerencia Regional de Educación y otros temas como contratos.

¿Cuánto tiempo dictó clases? Enseñé el curso hasta 1976, después tuve que agarrar el cargo de jefatura de disciplina.

¿Algún personaje conocido que pasó por la institución? Ahora tenemos exalumnos profesionales en todas especialidades, médicos, 6 generales actualmente.

¿Cómo fueron sus primeros años en el colegio? En ese entonces estaba la directora Del Prado, la fundadora. Era una pedagoga de la época antigua. Siempre preocupada para capacitar a la familia militar, con una dedicación plena a la formación de valores. Los tiempos van cambiando, se van modernizando y de alguna manera perjudica la formación de los estudiantes. Desde que ingresaban parecían hormiguitas formadas en orden con disciplina y respeto. Ahora se conserva el prestigio, pero no al 100% y no es culpa de los educadores, algunos vienen un poco mal formados de casa.

¿Qué lo motivó a ser profesor de artes? Mi padre fue maestro de artes, tenía varias cualidades, participaba en el teatro, en óperas, era tenor y llegó a trabajar con Benigno Ballón Farfán. También fue pintor, escritor muy destacado de él sacamos la parte artística.

¿Cuál es su especialidad? La pintura, escribo algo, pero mi hermano escribe más, es la carrera que elegimos y nos encanta mucho. Es una especialidad que muchos no le dan importancia, pero puede ser más importante que matemática. A través del arte, desde los antepasados, podemos conocer las costumbres, ayuda a desarrollar la creatividad. Tuve alumnos introvertidos al final terminaron integrándose a los grupos.

¿Cuándo se dio cuenta que quería dedicarse a ello? Desde pequeño pintaba, recuerdo que mi padre tenía un taller. Trabajaba con cartón, cartulina, papeles, armaba casitas con su balcón, tenía bastante imaginación.

¿Al iniciar su labor administrativa pudo seguir haciendo arte? No me alejé mucho porque siempre apoyé, por ejemplo, en el curso de origami, cuando tenía tiempo libre asesoraba a profesores. Siempre estoy ligado al arte y a la formación de los alumnos. Además todos los años participo en las escuelas de verano.

¿Alguna vez pensó en estudiar otra carrera? Me gustaba mucho la arquitectura, pero no hubo la oportunidad. Estoy satisfecho por poder enseñar arte en colegios, donde aprendí mucho de los niños, cada uno era un libro abierto.

¿Alguno de sus hijos también es artista? Lamentablemente no, mis dos primeros hijos son médicos, el tercero estudió relaciones industriales. A una le gusta el arte, pero solo como hobby.

¿Cuáles fueron sus mejores experiencias? El quehacer educativo es una amalgama de muchos sabores con alegrías y tristezas, a veces hay problemas, pero fueron más satisfacciones. La convivencia de alumnos es maravillosa, son mundos diferentes, conversamos e incluso a veces falta tiempo.

¿El Estado se ha olvidado del magisterio? Hoy en día se ve una disconformidad tremenda y no es extraño es una actitud penosa y dolorosa que el gobierno no dé su lugar al maestro y médico; en otro países es mejor tratado. No se da cuenta que el docente es una máquina que fabrica profesionales, al futuro de un país. Pero es muy mal pagado en todo sentido. No se preocupan en hacer colegios, no hay herramientas y con la pandemia es peor. Por eso las protestas seguirán.

¿Qué es lo que más recuerda de su padre? Todavía chico, me acuerdo que viajaron a Lima a una ópera y logré leer en el diario Noticias que el arequipeño Jacinto Rafael había llenado el teatro Municipal de Lima. Fue una emoción profunda, estaba con Ballón Farfán, fue su director. Otra experiencia fue cuando hizo una escultura un busto, en la presentación de la obra, un señor que llegó de Inglaterra se quedó abismado y lo elogiaron, eso hizo que quisiéramos imitarlo.