Más allá de la polarización
La primera encuesta de Ipsos para medir la preferencia electoral en la segunda vuelta muestra que Pedro Castillo (42%) aventaja a Keiko Fujimori (31%) por 11 puntos. Y si desagregamos esos resultados aparecen ciertos datos interesantes. Veamos. En Lima, el hombre del lápiz solo recoge un 26% de aceptación contra 43% de la candidata naranja. En el sector rural de la patria, el profesor cajamarquino obtiene un 60% de apoyo, contra 20% de la hija de Alberto Fujimori.
De acuerdo a las regiones, el respaldo más alto de Castillo es el centro (68%) y el sur (58%). En todas las regiones pierde Fujimori, pero donde tiene más respaldo es en el norte (30%). En cuanto al respaldo por clases sociales, el sector encumbrado de la sociedad peruana respalda con un 52% a Fujimori y un 17% apoya a Castillo. La clase más baja de la población apuesta en un 56% por el profesor rondero y 24% por la señora Fujimori.
55% de los encuestados indica que definitivamente no votaría por la lideresa de Fuerza Popular contra 33% que rechaza definitivamente al candidato de Perú Libre. Es decir, el antivoto de Fujimori sigue siendo su rival más importante.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipqH_mBpOzDyTq7NyPHk0CdGCfkK6sSP8kZQ2bGkH1srmXaiO0k-OZ9pcbunXz4M30pdJr3IyJPYxotTlKf7_74LT8XTmzLFNAyo4IcP1fqqkbzWqFTjqDrmIOpF-WmnM894puj_qsQ4jH/s320/1499833073.jpg)
28 años del proyecto neoliberal en el Perú no han logrado cumplir la promesa del progreso económico para todos. Hay sectores de la sociedad que ya no creen o nunca creyeron en la oferta de las clases dominantes. El descontento popular ahora es encarnado por un profesor rural, sindicalista y rondero. A diferencia de Humala y Toledo, el profesor Castillo está situado vivencialmente en el campo. No es el provinciano que llegó a la gran urbe o se fue a estudiar al extranjero. Castillo es como la mayoría de los peruanos provincianos y humildes. Desconoce la dinámica del poder estatal centralista, flaquea en conocimientos económicos, sus alternativas de solución a los problemas nacionales se sostienen en el voluntarismo paternalista del Estado y además tiene ideas conservadoras sobre la familia y el sexo. Es un hombre del pueblo. Pero esas debilidades son de poca monta para la población. Castillo representa la esperanza de cambio para los más pobres.