Ollas de la esperanza: Por los niños y abuelitos

Vecinos de la asociación de vivienda Cabrerías zona A, preparan diariamente hasta 110 raciones de alimentos

Isabel Álvarez
redaccion@diario-viral.com

Cayma. A una cuatro o cinco cuadras del paradero de buses en el sector Mujeres con Esperanza, un lote cercado con sillar y donde hay un cuarto construido con bloquetas y techado con calaminas están instaladas mujeres que presurosas alistan y preparan el almuerzo del día.

Al costado hay otros cuartos a medio construir y por el patio salen los niños presurosos para ver que había mandado el padre Alex para la cocina popular, como empezaron a llamar a las ollas comunes de Cayma, San Pablo II de la asociación de vivienda Cabrería zona A, que se ha convertido el protectores de niños y ancianos.

Aunque no debería serlo, es común ver en las partes alejadas de distritos como Cayma, adultos mayores que viven solos, algunos llegaron por sí solos y otros fueron dejados por sus familiares; empero en este sector de Cabrerías; empero no es común encontrar niños “huérfanos”.

Los vecinos explican que durante la pandemia, algunos casos antes, algunos menores perdieron a sus padres a causa del nuevo coronavirus, otras enfermedades o incluso por accidentes. En algunos casos los hermanos mayores se hicieron responsables de la familia.

“Tenemos cerca de 8 niños, a quienes apoyamos con la comida, vienen algunas personas que traen ropita o víveres. Hay niños que son apoyados por sus familiares o vecinos, todos estamos para darnos la mano”, dice Zulma Choquepata Tapia.

UNIÓN. Antes de ser parte del equipo encargado de preparar el almuerzo durante una semana, incluso antes del inicio de la cuarentena dispuesto el 16 de marzo del 2020, Zulma cocinaba pero su propio restaurante –era pequeño, pero era propio-, sin embargo se vio obligada a cerrarlo y quedarse en casa con sus dos hijos.

“Es el único sustento de casa y al pasar los días y los meses de encierro, los ahorros empezaron agotarse, es así que decidimos unirnos con un grupo de personas, aproximadamente, y armamos una olla común. Era junio”, recuerda.

Cada uno trajo lo que podía, comida, ollas u otros utensilios; unos dos meses, utilizaron leña para preparar los almuerzos. Empero con el calor sofocante de la media mañana y el mediodía y el brillo solar que rebotaba en la tierra, la labor se hacía complicada y cansada.

Por ello, con el apoyo de todos los vecinos construyeron un cuarto en el local social, donde hasta la fecha continúan alimentando a decenas de personas. Eran 80 aproximadamente los beneficiarios, más los casos sociales, bordean los 100 comensales.

La asociación Cabrería no tiene vías asfaltadas y tampoco redes de agua potable, si bien el concejo distrital los apoya con un tanque de agua a la semana, a veces no les alcanza y deben comprar por baldes que les cuesta S/ 0.20. Los voluntarios llegan al local a las 8 de la mañana y entre las 11:30 y 12 horas empiezan a repartir el menú.

AYUDA. La necesidad primordial son los alimentos, pero en el gas también se ha vuelto un problema, por el incremento del precio del balón, los vecinos colaboran con lo que puedan para cubrir los gastos. 

Los comensales que tiene la posibilidad de pagar dan S/ 1,50, y lo recaudado se usa para comprar verduras u otros productos que necesitan para el día a día.

La presidenta de la cocina popular, Victoria Turpo, explicó que de lo poco que recaudan deben comprar balones de gas, por el que antes pagaban 41 soles, ahora disminuyó a 38, por ello solicitó también la donación de un balón extra para asegurar el alimento de los más de cien vecinos beneficiados.