Milagros de la Virgen Candelaria

Testimonios de fe y grandes milagros en Arequipa realizó la Virgen de la Candelaria que nos llena de devoción en su semana de aniversario.


Libertad Merma
Luis Zapata
José Libandro
Héctor Barriga
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En noviembre del 2013, doctores especialistas en Urología del Hospital Nacional Carlos Seguín Escobedo de EsSalud se acercaron a la habitación de Antonio Ortiz, ubicada en el quinto piso del nosocomio, para informarle que su enfermedad poliquística renal necesitaba una urgente operación. Era necesario quitarle un riñón para evitar los constantes sangrados que ocurrían en el interior de su cuerpo.

Para Antonio esta noticia fue devastadora, él sabía que vendrían tiempos díficiles. Pero, fueron peores, su único motivo para vivir fue su hijo que estaba a punto de nacer y su inquebrantable fe a la Virgen de la Candelaria o como toda su famila la llama “Mamita Candelaria”.

Los quistes en el riñón son sacos no cancerosos que contienen un líquido acuoso, alcanzan gran tamaño y cuando revientan generan heridas y sangrado a la víctima. Esta situación obligó a Antonio permanecer varios días en el hospital. Esperaba una respuesta positiva de los urólogos que examinaban su caso. 

“Los galenos murmuraban que necesitaba ser operado en el acto. Mi situación era crítica. Pasaban los días y no había mejoras. Entré en un cuadro depresivo. Pasó por mi cabeza hasta la muerte”, contó.

Durante su hospitalización recibió la visita de su hermana, quien le daba ánimo, pues ella se curó de una grave enfermedad en la columna. Los  médicos le decían que no volvería a caminar, pero su fe a la Virgen de la Candelaria pudo más que la medicina humana y hoy camina con normalidad. 

MILAGRO. Antonio nos cuenta que ese día visualizó una luz en los pasillos del hospital y en la noche mientras dormía soñó con la Virgen de la Candelaria, quien le prometió que lo ayudaría.

En los siguientes días su situación mejoró tanto que su médico de apellido Batallanos le dio de alta para que regrese a su casa ubicada a una cuadra del Santuario de Cayma donde se encuentra la mencionada Virgen. 

Antonio es docente de religión y lleva una vida ordenada en temas de cuidado y salud. El milagro fue que sus dos riñones funcionan como si nunca hubiera existido su enfermedad. 

Ahora es uno de los más fieles devotos de la “Mamita Candelaria”. 

CAYMA. Según nos cuenta el responsable de la Oficina del Apostolado Rosario en Familia de Arequipa, Edgar Ramos Quispe, la Virgen de la Candelaria realizó decenas de milagros en la Ciudad Blanca, entre ellos, el conocido “Vómito negro”.

Poco después de la fundación española de Arequipa, el rey Carlos V envió al Perú una imagen de la Virgen (1547) para evangelizar a la población. 

Según documentación oficial en 1604 en la ciudad se produjo una epidemia del cólera conocida vulgarmente como el “Vómito negro”. Este mal devastó a la población hasta el punto de no caber los muertos en las iglesias y ser enterrados en masa en grandes zanjas y tierras baldías.

Esperando un milagro, el párroco de entonces  acordó traer la imagen de la Candelaria desde su santuario en Cayma a la Plaza de Armas y en el recorrido al centro de Arequipa, la enfermedad cesó. Desde entonces, cada 28 de agosto pasean a la Virgen por las calles.

Ese hecho y otros milagros hasta el año 1780 fueron pintados en varios lienzos que se muestran en la parroquia San Miguel Arcángel.

CHARACATO. De todas las imágenes, Nuestra Señora de la Candelaria es la que está más ligada a los agricultores por el agua. 

En ese sentido, en el libro Historias del Culto a la Virgen María del padre Rubén Vargas Ugarte, se detalla otro milagro en Characato.

Era el año 1686 y ocurría una sequía prolongada en el distrito donde la principal fuente de trabajo era la agricultura. 

Las fuentes hidrícas que regaban los cultivos se secaron y ocurrió el “Milagro del agua”.

Ante la escasez, los agricultores y el párroco realizaron una procesión “y en el momento de la elevación de la hostia consagrada se abrieron nuevamente las vertientes. A raíz de este hecho se le conoce como el Ojo del Milagro”, cuentan los historiadores.