"Jugué basquet por mi abuelo"


Yorch Huamaní
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El básquet es un deporte de fuerza, estrategia, habilidad, pese a su dificultad, Mercedes Isela Esparta Luque, sobresalió en un país donde este deporte no es apoyado por las autoridades. Ella  jugó por la selección peruana. Su llamado fue una de las tantas alegrías que tuvo en su vida. Su abuelo Sixto Luque la motivó para dedicarse profesionalmente a esta disciplina, pero murió en el 2015, ahora todas sus metas logradas lo dedica a él.

¿Cómo te animaste a jugar básquet? Juego desde los 6 años, pero fue mi abuelito Sixto Luque Apaza, quien me incentivó. Me hicieron escoger entre vóley y básquet, y decidí lo segundo. Además, él me contaba sus historias y los recortes de periódicos cuando jugaba básquet. 

¿Tuviste complicaciones al inicio? Sí, sobre todo como es un deporte con las manos, la pelota es más pesada que la de fútbol, los dedos se me doblaban, pero me fui acostumbrando. 

¿A qué edad fue tu primer partido oficial? La primera vez que jugué ante bastante gente fue en un coliseo cuando tenía 9 años, tenía miedo de fallar la canasta. Mi mamá y mi abuelito iban a verme.

¿Te entrenaba tu abuelito? Sí, él siempre fue exigente conmigo. Me ha hecho llorar, él era muy apasionado, siempre me decía lo que tenía que hacer, era mi entrenador. Para jugar los torneos Trasandinos en el 2007 y 2008 tuve que prepararme tres meses, en ese tiempo entrenaba con él desde las 5 de la mañana.  

¿Cómo fue tu llamado a la selección? Para ello, jugué por la universidad en el 2012, y al siguiente año el encargado de la selección de básquet me llamó para pasar la prueba y viajar y jugar en el Sudamericano 2013 que se jugaba en Argentina. Éramos dos de provincianas y las otras limeñas. 

¿Cómo te sentiste? Superfeliz. Fue lo mejor que me pasó porque el objetivo de todo deportista es representar a tu país. Aquella vez mi abuelito lloró de emoción. Todos estábamos felices.

¿Cómo fue la experiencia en la selección? Para ir a Lima tuve que correr con todos mis gastos. Nos llamaron un mes antes para jugar el Sudamericano, pero ese tiempo es insuficiente para prepararse porque las selecciones como Argentina, Brasil, se preparaban seis meses. Nosotras a comparación de ellas estábamos a nivel amateur. 

¿Qué te gustó más de aquel Sudamericano? Lo más bonito fue cantar el Himno Nacional.

¿Te sentiste frustrada? Sí, porque quedamos en sétimo lugar de ocho selecciones, el nivel era muy distinto. Recuerdo que jugamos contra Brasil y la más pequeña media 1.80 m. Aquella vez perdimos por un marcador de 103 a 7. Todas estuvimos tristes y en el último partido ganamos, pero lloré de frustración y cólera. 

¿Cuál fue tu primer equipo profesional que jugaste? Jugué en Universitario de Deportes de manera profesional. Después me llamaron para jugar en Bolivia. Jugué una semana en Cochabamba para el club alemán de Oruro. Me llevé una gran sorpresa porque ellas están en buen nivel. 

¿Cuáles fueron tus etapas más tristes? En el 2015, porque mi abuelito falleció. Todos mis partidos y metas se las dedico a él. Otro momento fue cuando viajé a Lima, fue chocante porque extrañaba a mi familia.