Ambición de poder


Ambición de poder 

Dr. Jorge Alberto Calderón Roque
jcraqp@gmail.com

“Un hombre no es desdichado a causa de la ambición, sino porque ésta lo devora” Montesquieu. 

La ambición es parte del ser humano y tiene dos caras: “Su rostro luminoso nos lleva a brillar y su lado oscuro nos conduce al más profundo de los infiernos “(Irene Orce).  El término procede del latín ambitio: deseo de poseer algo que no se tiene. La ambición es positiva cuando funciona como un motor para crecer, mejorar, ser solidarios y justo con todos, apoyar a nuestra familia, nuestra sociedad. Para eso ponemos disciplina, fuerza de  voluntad y empleamos medios razonables en el propósito de alcanzar una meta. . 

La ambición es negativa, cuando personas sin principios éticos ni morales, asumen acciones irracionales y contrarias a la ley. Prometen, mienten, aseguran, se aprovechan de sus cargos con el simple hecho de conseguir algo, sacar ventaja, hacerse visibles para demostrar poder sin importar el daño que ocasionan a muchas  personas.  El efecto de la ambición, muchas veces se traduce en la codicia.   

Lo que ocurre en el congreso, que aprueban leyes sin fundamento y son rechazadas en el Tribunal Constitucional; la inoculación indebida y en secreto de la vacuna Sinopharm aprovechándose del cargo;  las promesas infundadas de muchos políticos que dicen de todo para ganar votos, fama y alcanzar un espacio en las próximas elecciones presidenciales y congresales; el “tarjetazo” que impera en todo lado y que es sinónimo de corrupción, en fin, tantos hechos y artimañas, tienen relación con la ambición y se presenta con actitudes de poder, control y dominio.   

Debe quedar claro y es racional, que el poder político, está en la población que elegiremos a nuestros representantes mediante el voto popular por un tiempo limitado. Es nuestra obligación, identificar a las personas que tengan solvencia moral,  voluntad de servicio a la ciudadanía, que conozcan y respeten la ley y la Constitución, que demuestren capacidad,  que presenten proyectos viables y factibles,  que respeten la independencia de poderes, que sean honestos y que tengan una trayectoria limpia. 

 ¡Todos estamos comprometidos en la lucha para erradicar la corrupción!

Esperamos que no se repita las experiencias de elecciones anteriores, donde influyó la apariencia, las palabras floridas, el fanatismo, el color y la propaganda política. 

No te rindas Perú, nunca lo hiciste, menos ahora que la realidad nos pone muchas pruebas y que nos obliga a tener una mentalidad clara para elegir a los que van a conducir el destino de todos.