Pequeños detalles


Entre la oportunidad y la tragedia

Mildred Arriaga Velarde
mildredarriagavelarde@gmail.com

Amaneció el día 318 de emergencia sanitaria en nuestro país, y el Covid-19 sigue abrumándonos y confrontándonos con nuestras luces y sombras, el miedo profundo a la muerte, nos ha tocado a todos directa o indirectamente, arrebatándonos la vida de un familiar, un amigo, colega, vecino, un ser humano registrado entre los casi 40 mil peruanos victimas del temible invisible.

Aunque las noticias, los pronósticos y los especialistas, advierten que la segunda ola golpea más fuerte que la primera, tenemos las luces que nos ofrece la comunidad científica, que en un rápido proceso de investigación avanzó en la producción de vacunas para detener la enfermedad. 

Sobre cuándo llegará el primer lote de vacunas a nuestro país, sobre su efectividad, su aplicación y cobertura existen diversas opiniones, lo cierto y concreto es que, mientras tanto los que llegamos aquí y ahora, y estamos en casa celebramos y agradecemos este nuevo amanecer y la posibilidad de elegir entre la oportunidad y la tragedia. 

¿Cuándo termina todo esto? no sabemos, hemos relajado nuestros cuidados y el virus otra vez está ganándonos la batalla, de manera que; debemos volver a lo que ya no está sujeto a debate de ningún tipo.

Quédate en tu casa si no necesitas salir, si lo haces respeta el distanciamiento social, usa bien tu mascarilla, lávate o desinféctate las manos con frecuencia, si vas en el transporte público colócate mascarilla y protector facial y no frecuentes ambientes cerrados ni muy concurridos, cumple los protocolos, disciplinémonos, es simple, es sencillo y funciona.

Elijamos la oportunidad de reconocernos, de hablar de nuestras emociones, de nuestros miedos, nuestra tristeza, nuestra rabia por la falta de empleo, la pobreza, el confinamiento, la inamovilidad, los abrazos postergados, las fiestas, los amigos, la familia, la iglesia, pero aún en esta adversidad celebremos la alegría de estar juntos, acompañándonos, reinventándonos, conteniéndonos para seguir aprendiendo a sobrellevar esta pausa obligada e impuesta por el virus para que nuestro planeta descanse de la humanidad.

Estamos aquí y ahora, en este nuevo amanecer, que el amor nos permita mostrar nuestra solidaridad y generosidad, para cuidarnos y cuidar a quienes nos cuidan, para que este proceso de la vida siga. Entre la tragedia o la oportunidad, tú decides.