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En Perú, la curva de casos activos del Covid (color naranja) empezó a descender desde el 6 de setiembre, el 21 de octubre alcanzaría su “meseta” de descenso y permaneció baja hasta fines de 2020. Desde el 5 de enero se mantiene en ascenso (Monitor Covid-19, Universidad Católica San Pablo: cs.ucsp.edu.pe/monitor-covid/). Los casos activos es la cifra real de pacientes ya que del total de confirmados se resta los recuperados y fallecidos.
Lo que muestra esta gráfica es que tuvimos casi 4 meses para prepararnos y tener una mejor respuesta ante la segunda ola. Con un mayor conocimiento del virus y en el “receso”, que nos dio, desde el Estado se pudo intervenir y mejorar las condiciones en los hospitales, al menos los Covid, así como las gestiones para contar ya con vacunas, como algunas acciones básicas. Y nosotros como población pudimos comprender y sobre todo cumplir las medidas de protección. No ocurrió.
Aunque la curva de casos confirmados (color rojo) nunca bajó, el virus pasó a un segundo plano, las principales autoridades se centraron en la guerra de poderes que nos llevó a tener hasta 3 presidentes en un mes. Los gobernadores regionales y alcaldes, bien gracias. Y pese a estar prohibido la gente se aglomeró en locales, reuniones y festejos, muchos de estos barbijo abajo y con cero distancia social.
La segunda ola vino con variantes del Covid más mortales y contagiosas, afirma la OPS; con más mujeres y adolescentes afectados. Cierto es que hay menos población vulnerable, pero igual de cierto es que nuestra respuesta sigue siendo reactiva y no preventiva. Ninguna región tiene riesgo moderado. El Minsa ya lo dijo, la segunda ola será más alta entre febrero y marzo, entonces “no dejemos para mañana, el cuidarnos, hoy”.