Introyección

Mi casa, mi torrentera


Marcelo Rodríguez Rivera
cmarcelorr@gmail.com

Casas inundadas, vehículos dañados y canchas de fútbol y frontón enlodadas, entre otros males incalculables, dejó el huaico del sábado en Pozo Negro, Paucarpata, una torrentera que cientos de familias y exalcaldes convirtieron en letal urbanización.

Soto, Mayta y Cornejo, infandos que antecedieron al actual y ausente alcalde de ese distrito son corresponsables de la desgracia ocurrida, los unos por permitir y los otros por no corregir la irresponsable decisión de quienes decidieron vivir a salto de mata.

Esa suerte de vocación por el peligro que anima a los pobres a construir con fierro y cemento en las quebradas, no es otra cosa que la necesidad de concretar el sueño de la casa propia, en el lugar que sea y aún bajo el riesgo de que se convierta en pesadilla y suplicio.

La actuación de los alcaldes es en cambio una mezcla de criminalidad y desidia porque a sabiendas de que quienes se instalan y construyen en zonas prohibidas son y serán un lastre permanente para el Estado, nada hacen para impedirlo.

Ahora los damnificados pedirán muros y obras civiles de protección, también donaciones, alimentos, dinero, reubicación y hasta nueva cancha deportiva; pero solo acudirán cargadores frontales para retirar el lodo de las calles y las piedras de los autos.

Las oficinas de Defensa Civil de las municipalidades son un recuadro en los organigramas y los funcionarios que están al frente de ellas comediantes que simulan trabajar, junto a su séquito de burócratas de quinta, incapaces de elaborar un plan de prevención.

La oficina de Defensa Civil del Desgobierno Regional sí que es importante, tiene a un profesor al frente y se da el lujo de tener un apéndice como el COER0 que es una especie de Senamhi propio, con el que nos anuncia lluvias y temporales con gran entusiasmo y corta precisión.

Es muy probable que el dipsómano regional, esté usando los pronósticos del COER como argumento para seguir macerándose en alcohol ahora no solo con la disculpa de la desinfección por la pandemia, sino para protegerse de las bajas temperaturas.

El inicio de año nos ha alertado sobre el actuar errático de nuestros alcaldes y en una de las zonas más críticas de la ciudad, pero desatinos como ese no son patrimonio exclusivo de Paucarpata, hay distritos como Socabaya y Mariano Melgar que tienen lo suyo, pero tampoco debemos olvidar la vulnerabilidad de varias de nuestras avenidas navegables.