Hace 4 años, un huaico no solo bloqueó una carretera, sino que también cobró la vida de 3 personas
La ambulancia en la que se trasladaron, por la variante de Uchumayo, les permitió avanzar sobre el lodo del que decenas de personas trataban de escapar. Primero encontraron al conductor de un camión, quien había quedado casi desnudo, tenía hipotermia y contusiones en varias partes del cuerpo.
Lo recuerda como si fuera ayer, Javier Rodríguez Riega, voluntario instructor de la Cruz Roja de Arequipa y tiene la imagen grabada en su mente. Después de liberarlo, lo cargaron hasta la ambulancia y lo trasladaron al hospital Yanahuara III, de EsSalud.
Eran las 17:30 horas del 26 de enero del 2017, aproximadamente, cuando se reportó el ingreso de un huaico en la Panamericana Sur, a la salida del distrito de Uchumayo, lo que movilizó a diferentes servicios de emergencia de la ciudad.
En temporada de lluvias, la Cruz Roja mantiene un equipo de voluntarios permanente para la atención de alguna emergencia, ese día Rodríguez no estaba de turno, pero debido a la gravedad debió acudir junto a sus compañeros. Fueron 3 unidades las que llegaron al lugar.
Los voluntarios debían limpiar la ambulancia antes de volver a atender, pero la situación los obligó a regresar de inmediato a la carretera, quedaban más personas por rescatar, en algunos casos tuvieron que romper vidrios para sacarlos. Y para trasladarlos a las ambulancias debían caminar unos 15 o 20 minutos.
En medio del trabajo que realizaban, los voluntarios de la Cruz Roja, bomberos, policías y personal de otras instituciones llegaron las autoridades para coordinar las acciones a realizar.
La atención a los heridos, distribución de frazadas y el apoyo a los afectados duró toda la noche. Javier recuerda que regresó la madrugada del día siguiente.
ACTIVACIÓN. Esa fue la primera vez, en los más de 20 años que lleva como voluntario de la Cruz Roja, que Rodríguez tuvo que atender una emergencia de este tipo en ese sector, normalmente los desastres donde tuvo que prestar ayuda se dieron en distritos como Paucarpata, Miraflores, entre otros.
Sin embargo, este suceso no debió sorprendernos porque la carretera de 8 metros de ancho, cruza la quebrada de “La Gloria” que estuvo inactiva por muchos años, hasta aquel 26 de enero, donde el agua no solo siguió su cauce, sino que cobró la vida de 3 personas.
De acuerdo al reporte del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), ese día 57 vehículos y 400 personas quedaron atrapadas.
Del 6 de enero al 6 de febrero, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) emitió avisos sobre el registro de lluvias en un nivel III, pero también ocurrieron precipitaciones extraordinarias, de manera focalizada, que generó daños en zonas sin un historial definido.
Ello provocó la activación de las denominadas quebradas secas, no solo en Uchumayo, sino también en Paucarpata.
SIN CAMBIOs. Dos días después, una fuerte lluvia en el distrito de Paucarpata en el sector de Villa Pichu Pichu provocó la activación de la quebrada que cruza la zona, que cobró la vida del padre de familia Ángel Benegas Mamani (36), quien fue arrastrado por el lodo al intentar salir de su vivienda.
Indeci también informó aquella ocasión que 15 familias quedaron damnificadas, otras 90 personas fueron afectadas y tres viviendas se declararon inhabilitadas.
Pese a lo ocurrido hace ya casi cuatro años, los pobladores siguen viviendo al costado de la torrentera. Diario Viral llegó al sector de Villa Pichu Pichu y comprobó que en las riberas de la torrentera del lugar hay más de 20 viviendas, sus habitantes son niños, jóvenes y adultos mayores.
“Cuando llueve fuerte da miedo porque la torrentera se activa y el lodo discurre desde la parte alta y baja con fuerza, pero en aquel año solo afectó a una vivienda, porque después no hubo tantos daños en las casas”, comenta Cristina Mamani.
La asociación Pichu Pichu se encuentra en la parte baja de la asociación Los Portales de Chiguata, los cerros que antes eran habitados por flora y fauna natural, ahora los remplaza decenas de precarias viviendas. Los habitantes cuentan con servicios básicos, es decir, los terrenos están saneados legalmente.
Otros vecinos negaron que el ingreso de huaico en temporada de lluvias, incluso señalaron que por el cauce natural del huaico discurre poca agua. Aseguraron que tras los huaicos ocurridos en el 2017 y la muerte de un padre de familia, dicho evento natural no se repitió.
José Luis Ticona, especialista en Meteorología de Senamhi, recuerda que hay más de 10 quebradas importantes, que representan un peligro constante en la ciudad de Arequipa por lo que debemos estar vigilantes y lamentó que la población esté viviendo en torrenteras o espacios no adecuados.
Algunas de las torrenteras que normalmente presentan problemas son: Huarangal, San Lázaro, Chullo, Añashuaico, la de Paucarpata, entre otras, que son peligrosas.
Si bien en algunos sectores la ocurrencia de huaicos es escasa, hay zonas en donde la historia se repite.
La noche del pasado 2 de enero de este año, las precipitaciones dejaron inundadas más de 10 viviendas en el sector de Pozo Negro, Talleres Buenavista, entre otros. Un año antes, un huaico había inundado decenas de vivienda.
Una pareja de jóvenes esposos estudiantes de Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional de San Agustín perdieron gran parte de sus electrodomésticos que con tanto esfuerzo lograron comprar. El agua ingresó por la puerta principal y por el garaje, no pudieron hacer nada para evitarlo.
“Las lluvias empezaron cuando regresábamos a casa, mi esposo me avisa que hay que hacer algo para que el agua no entre, colocamos muebles detrás de la puerta, pero mientras aumentaba la intensidad de la lluvia, el agua entraba por el garaje. Entonces decidimos guardar las cosas, pero el agua entró a todo el primer piso hasta unos 20 centímetros”, recuerda Marbet Picha Chaña.