A partir del día de mañana empieza una nueva cuarentena en nuestro país. Esta vez, y dado el rebrote o (mal) llamada “segunda ola” de la pandemia de la Covid-19, la cuarentena será focalizada. Lima y otras 8 regiones del país entrarán en un confinamiento obligatorio de 15 días. Sin embargo, muchos expertos consideran que esto es solo el inicio de lo que sería una nueva inmovilización social obligatoria para todo el país.
Si bien es cierto, en varios países se ha vivido una segunda y hasta tercera ola de contagios por esta enfermedad, en el caso peruano hemos tenido lo que llamo un oleaje. El primero de ellos entre mayo y fines de junio, con un máximo de 1010 fallecidos en un solo día. El segundo oleaje se produjo entre fines de julio y principios de septiembre, con un tope de 1049 muertos en un solo día. Si analizamos los datos de manera aislada parece que no hay ninguna relación; sin embargo, cuando decimos que precisamente entre mayo y septiembre se dieron las primeras 3 fases de la reactivación económica, nos vamos dando cuenta de que existe cierta relación. Es evidente que la gente tiene que trabajar, y más aún en un país como el nuestro con más del 70% de informalidad (“día que no trabajan, no comen”). Es evidente que los famosos bonos y canastas de productos de primera necesidad, prometidas y entregadas por el gobierno de Vizcarra, no llegaron a todos o a quienes realmente los necesitaron. En ese análisis de solo dos aspectos de la realidad podemos extraer algunos responsables: el gobierno que no supo manejar de forma adecuada la situación de emergencia sanitaria y la propia población que, una vez finalizada la primera cuarentena, salió a las calles no solo a trabajar, sino a hacer su “vida normal”. Fuimos irresponsables y eso tenemos que admitirlo. ¿Por qué se produjo esta segunda ola o “tercer oleaje”? Muchos desinformados afirman que es gracias a las marchas en contra del golpista Manuel Merino, cosa muy alejada de la realidad. Las marchas se dieron a mediados de noviembre, el virus tarda entre 7 y 15 días en incubar, de ser esa la razón para fines de noviembre se debió haber producido el rebrote. No fue así. La principal explicación nuevamente fue la irresponsabilidad de la gente que salió por las fiestas de fin de año; y del mal manejo del ahora gobierno de Sagasti en evitar esas aglomeraciones, en especial en los centros comerciales.
Arequipa aún no está en cuarentena. De nosotros dependerá que a partir del 15 de febrero regresemos a nuestras casas confinados. El análisis anterior me obliga a creer que vamos nuevamente por ese camino. No hemos aprendido nada, ni el gobierno ni la gente.