Covid-19 : Enfermeras heroínas anónimas

Enfermeras y enfermeros del Honorio Delgado y Goyeneche lamentan que a pesar de esforzarse, miles de pacientes murieron por un virus desconocido.

Hospital Honorio Delgado Espinoza

El 15 de abril de 2020 fue el día que marcó la vida de la enfermera Luz Corrales Zevallos, una niña de 10 años falleció bajo su servicio a consecuencia del nuevo coronavirus. La menor llegó al hospital Goyeneche con dolor estomacal, pero tenía la Covid-19 que en nueve días acabó con su vida. Recuerda que brindarle -junto al médico- los cuidados necesarios, “nada servía”. 

De la noche a la mañana Corrales Zevallos conoció en la práctica lo que es una pandemia. Ella vio fallecer a cientos de pacientes. Describe ese proceso, como una terrible y triste experiencia que nunca olvidará. 

“Jamás pensamos que ese virus podía ser tan letal. Con la niña comenzó la pesadilla. Nos sentimos muy tristes porque queríamos hacer mucho, pero no podíamos hacer nada. Atender era la prioridad, no había descanso. Uno tenía que quedarse más de 24 horas entre tantos pacientes”, sollozó Corrales. 

EXCESO. A Arequipa llegó el coronavirus en marzo de 2020 y en mayo las áreas de Emergencia y las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales Goyeneche y Honorio Delgado sobrepasaron su capacidad. En cada nosocomio había seis camas disponibles en UCI y necesitaban que estas se multipliquen.

“Una enfermera o enfermero tenía bajo su responsabilidad 78 pacientes. Esta realidad ocurrió en el momento más crítico de contagios y fallecimientos por la Covid-19. Es decir, junio, julio y agosto de 2020”, recordó la jefa del Departamento de Enfermeras del hospital Honorio Delgado, Lili Olivera Choque.

De junio a agosto, las áreas de emergencia del Honorio Delgado y Goyeneche recibían por día a más de 500 pacientes, 200 estaban contagiados. Lo regular sin pandemia era recibir a 100 o 150 con diferentes males.

“Era una enfermedad nueva, no era una gripe. No estábamos equipados. El problema no acaba, pues solo en diciembre hemos recibido 6013 pacientes, lo regular era atender solo a mil. Por favor, cuídense”, exhortó la jefa de enfermeras del Área de Emergencias del Goyeneche, Rosmery Rodríguez.

HEROÍNAS. Las enfermeras pasaron alrededor de 3 meses aisladas de sus familias, no llegaban a sus domicilios, acudían a hoteles para no contagiar a nadie. En muchas ocasiones, el hospital se transformó en su domicilio.

“No podíamos salir porque necesitábamos capacitarnos para entender la enfermedad. Nadie sabía qué debíamos hacer, los medicamentos ayudaban a unos y a otros no. Nunca olvidaré que yo fui testigo de más de 50 muertes. Me hacía amiga de mis pacientes. Estaban estables, lúcidos. Les decía te voy a traer algo de comer, regresaba y estaban muertos. Un paciente pronosticó su deceso. Me suplicó comunicarse con su familia y hacer una videollamada. Solo les dijo adiós”, contó la enfermera del Goyeneche, Edith Luna Olave.

MALTRATO. El personal de enfermería estaba agotado y en el 2020 no solo soportaron el cansancio y estrés, sino golpes e insultos. En julio, el oxígeno comenzó a escasear en Arequipa, contó Lili Olivera, los pacientes ya no tenían este insumo. “Recuerdo que un día llegó oxígeno para cambiar a los pacientes UCI que ya no lo tenían. Un técnico fue a recoger un balón para una adulta mayor que hace una hora se quedó sin oxígeno, pero la población que hacía cola en las afueras del hospital (con pacientes en vehículos) lo golpearon para quitarle ese balón. El técnico se abrazó del equipo. Fue cruel e impresionante lo que nos hizo este virus”, comentó Olivera.

Asimismo, la jefa del Área de Emergencia Covid-19 del Honorio Delgado, Edith Sánchez Romero, contó que ante tantos fallecimientos, creían que no queríamos atender a sus pacientes, por lo que comenzaron las agresiones verbales y físicas.

“Durante 6 meses mi familia dejó de existir para estar completamente involucrada con los pacientes. Entendemos que el virus era cruel y por eso nos agredían los familiares. Era increíble que -de algunos- recibieramos ingratitud”, indicó.

ROBOS. Hasta mayo de 2020, el Honorio Delgado se quedó con 169 enfermeras y 173 técnicos. Ante la pandemia más de 300 profesionales del área fueron obligados a quedarse en sus casas. Sin personal. Esperaron las disposiciones nacionales para contratar personal. Llegaron nuevas enfermeras para atender las áreas críticas. “Ellas llegaban a emergencia, se espantaban de la multitud contagiada, renunciaban y sin decir a nadie nada se iban con todos nuestros implementos que previamente les entregábamos (protectores faciales médicos, trajes, mascarillas N95, etc.). Por una plaza pasaron hasta 5 enfermeras. Con mascarillas no se logró identificar a las enfermeras que huyeron”, recordó la jefa del departamento de Enfermeras del Honorio Delgado, Lili Olivera.

Hasta agosto era interminable. La decana del Colegio de Enfermeras, Mayrene Abarca, comentó que cuatro profesionales fallecieron a causa del nuevo coronavirus. 

Por ese motivo, pidió a la población no bajar la guardia. “Existe el virus. A las autoridades pido que fortalezcan el primer nivel de atención y a la población no se aglomeren, quédense en casa. Solo salgan a trabajar no a espacios públicos”, exhortó.