"Agro sí, mina sí"


Mg. José Dadín Muñoz Delgado.
jmunozd@pucp.pe

El valle de Tambo tiene 12 000 has. Expandibles hasta las 13 100 has, si es que fuera una cuenca regulada. Los principales cultivos son el arroz, la papa, el ajo, paprika y cebolla. Para el consumo local o su comercialización al mercado boliviano. Desde el año 2003 se han venido presentando estudios sobre los problemas de agua en la época de estiaje. En el año 2019 se presentó estudios por cambio de coloración en el agua y contenido de arsénico y boro, además de otros minerales como hierro y cobre. Es un agua muy dura y hasta cierto punto contaminada. Sin embargo; en mayo del 2020, el ANA (Autoridad Nacional del Agua) indicó que en algunos sectores el agua estaba apta para potabilización o uso agrícola.

La zona presenta esencialmente mucho minifundio, solo 5 agricultores presentan extensiones importantes y dos molinos arroceros concentran la compra y comercialización.

Como realidad nacional, desde muchos años las poblaciones rurales migran hacia las ciudades en busca de nuevas oportunidades. Las nuevas generaciones poco se interesan por el desarrollo de cultivos y prefieren alquilar sus tierras a terceros, considerando que la segunda campaña no tiene un producto regularmente rentable y teniendo claro que los costos agrícolas se incrementan por las características del agua que obliga un incremento de la dosis de los agroquímicos para tener eficacia.

El minifundio en el Perú es un concepto populista al hacerle creer al agricultor que es dueño de su producción y de su trabajo. Sin embargo, por teorías de escala, falta de financiamiento, falta de orden económico y pocas alternativas para la comercialización; siempre estarán a merced de los acopiadores, convirtiendo su actividad en una economía de sobrevivencia.

Darle crecimiento a los pobladores y a los agricultores debe ser una prioridad del Gobierno Regional; pero no como una plataforma para conseguir votos, sino como una verdadera solución y foco de desarrollo local. Han dejado pasar muchos años sin soluciones y las posibilidades de crecimiento de la zona salvo por el lado turístico (playas) de la Punta de Bombón, no presenta muchas alternativas de desarrollo. 

Considerar una minería eco amigable, no es descabellado, es el objetivo. Las actividades económicas no tienen que ser excluyentes. Se tiene que invertir en una represa y purificación del agua, para generar interés en la inversión agroindustrial y productos exportables.