“Terminé mi casa vendiendo huevos”

 La sorprendente historia de don Rubén Rojas que se identificó ofreciendo productos de codorniz en el Centro Comercial Siglo XX del Avelino Cáceres. 


Don Rubén Rojas Huayna tiene 58 años de edad y es uno de los primeros comerciantes en vender huevitos de codorniz en la plataforma Andrés Avelino Cáceres, también es uno de los primeros que inició a criar las pequeñas aves en Arequipa, para luego venderlas. Este negocio le llenó de satisfacción desde hace 20 años. A continuación, nos detalla cómo empezó con este viaje que lo mantiene con mucha fuerza y energía. 

¿Cómo nació la idea de vender huevitos de codorniz? 

Todo nació como una curiosidad. Hace 20 años hubo una campaña de la Universidad Agraria La Molina sobre el consumo y los beneficios de los huevos de codorniz, eso me llamó la atención, pero lo que me animó a vender los huevitos fue cuando un limeño junto a su carreta empezaba a ofertar los famosos huevitos, la gente se amontonaba y ahí dije: este es un buen negocio. 

¿Fue difícil iniciar con este negocio?

Sí, porque la gente se asustaba de los huevitos de codorniz, no los conocían y pensaban que eran huevos de culebra o de lagarto. Otros decían que les iba hacer daño en su cuerpo o hacerles caer su cabello. De cada diez personas que preguntaban lo que vendía, solo uno compraba. Ahora es lo contrario, ahora de cada diez, nueve compran y sin decir nada. 

Entonces, ¿cómo hacía para vender? 

Como la gente no conocía, tenía que salir a ofrecer en la calle, entonces iba a los mercados de los diferentes distritos con mi carreta, en horas de la tarde iba a los colegios y ahí las mamás compraban para sus hijos. Así estuve hasta estabilizarme que fueron como 10 años. Luego ya en mi puesto la gente venía sola. 

¿Hubo momentos difíciles en todo este tiempo? 

Claro, y eso fue cuando todos mis animalitos murieron. Recuerdo que estaba en la cocina y una mala maniobra todo se quemó y las aves murieron. Estuve muy triste porque ellos son parte de mi familia.

¿Qué satisfacciones le dieron la venta de huevos?

Hay muchas, pero lo primero es que con este negocio terminé de construir mi casita, pude darles estudios a mis cinco hijos, incluso uno de ellos sigue estudiando. Es una satisfacción única porque los niños son mis clientes y ellos con cariño piden los huevitos de codorniz. La gente también bromea conmigo, más que un trabajo es una distracción. 

¿Antes de la cuarentena cómo era la venta?

Iba muy bien, al día vendía entre 800 y mil huevitos y eso que no salía a la calle, sino aquí en mi puesto, y los fines de semana vendía mucho más, pero la pandemia fregó a todos. 

¿Cómo es la venta ahora después de la cuarentena? 

Volví a trabajar desde el 15 de setiembre. La venta al inicio era baja, al día vendía 100 huevitos, pero ahora ha mejorado, no como antes (antes de la cuarentena) ahora solo logro vender 200 huevitos o un poco más, pero en algo ha mejorado la venta. 

¿Qué espera para el próximo año? 

Seguir vendiendo los huevitos y que la venta mejore para todos porque de verdad lo necesitamos.