Si eres amante del deporte de aventura, te recomendamos visitar este maravilloso lugar ubicado a 5650 msnm, entre las regiones de Cusco y Puno, el cual tiene una extensión de más de 40 kilómetros cuadrados de puro hielo.
Especial para Diario Viral
Quelccaya, palabra quechua que significa ‘capa o campo de hielo’ es el nombre del glaciar tropical más extenso del mundo. Su superficie supera los 40 kilómetros cuadrados y el espesor de su macizo hielo alcanza los 200 metros. Este impresionante paraje natural, para orgullo, se ubica en nuestro suelo patrio. Se realza, como un apu sagrado, en la Cordillera del Vilcanota a 5650 msnm entre las provincias de Canchis y Macusani, regiones de Cusco y Puno, respectivamente.
Para llegar al Quelccaya, se puede tomar dos rutas. Una desde la provincia de Sicuani, en Cusco, y la otra desde el distrito de Corani, en la provincia de Carabaya en Puno.
Les contaremos nuestra experiencia desde la ruta de Sicuani. Son ocho horas de viaje de Arequipa a este lugar, y tres desde Cusco. Antes de iniciar la expedición (abriríamos una nueva ruta), tomamos un desayuno ligero, pero bien caliente. A las 7:45 a.m. aún el frío llegaba a valores negativos.
Después de aprovisionarnos de algunos víveres para el campamento, nos enrumbamos en una camioneta particular junto con cuatro compañeros de aventura y nuestro guía oficial de turismo hacia el centro poblado de Phinaya, que pertenece al distrito de Pitumarca, en Canchis. Este sería el último lugar con señal a Internet. En una tienda en la plaza principal te brindan el servicio de Wifi por solo 50 céntimos.
Próximo a este lugar se ubica la laguna de Sibinacocha. Se recomienda hacer una parada para tomarse fotos con la majestuosidad de la Cordillera del Vilcanota, la cual se refleja en las aguas cristalinas.
Al promediar la 12:30 p. m. llegamos a uno de los extremos del valle del Quelccaya. Fue un viaje algo pesado a través de una carretera carrozable. Caminamos por una extensa pampa por casi tres horas hasta llegar a nuestro campamento muy próximo a la laguna Saqracocha (laguna del diablo). Aquí se aprecia la inmensidad del glaciar y cómo las lenguas de hielo de color celeste alimentan este extenso espejo de agua de apariencia lechosa. En la noche escuchamos dos estruendosos derrumbes de grandes bloques de hielo. El ruido se asemejaba a un avión que sobrevolaba a baja altura por nuestras carpas.
A las 2:30 a. m., después de tomarnos un mate de muña, comenzamos el ascenso por el flanco derecho de la laguna a través de una ruta estrecha, empinada y pedregosa. A las 5:45 a.m. llegamos al inicio del manto del glaciar. No todos pudimos arribar a este punto. Debido a la falta de oxígeno, el cansancio y el frío extremo, una compañera se quedó a medio camino; pero ella sabe que para una verdadera montañera siempre habrá mayores desafíos.
EQUIPO. Con todo el equipo de seguridad (crampones, arnés, casco y tu cuerda guía) y a paso lento por una escarpada blanca, a las 7:50 a. m. llegamos a la parte más alta del glaciar, los 5650 msnm. Desde su cima se aprecia la inmensidad de la Cordillera de los Andes, donde se ve el nevado Ausangate, apu tutelar del Cusco. Ya en nuestro descenso vimos profundas y peligrosas grietas; así como cavernas de hielo que se levantaban por encima de los 10 metros, y qué decir de la laguna congelada que nace de un extremo del manto glaciar, que de raro en raro rechinaba al quebrarse por el intenso sol de la montaña.
Sin duda, el glaciar Quelccaya es un paraje natural recomendado para los montañistas y los amantes del deporte de aventura; pero eso sí, siempre llevando el equipo de protección necesario, teniendo un guía experimentado y respetando a la naturaleza.